La carrera de Woody Allen, al menos bajo la percepción del gran público, se desarrolla entre comedia y comedia, con los mismos temas de siempre, sin interrupción alguna. Esta percepción que posee el gran público y que un amplio sector de la cinefilia también comparte, en mi opinión no se corresponde plenamente con la realidad, aunque sí que es cierto que donde el río suena agua lleva, y esto último en el caso de Woody Allen tiene su razón de ser, aunque no del todo.
Si bien es cierto que el propio Woody Allen se ha encargado de alimentar sustancialmente el tópico, sobre todo durante la década de los 90 en la que enlazaba comedia tras comedia sin el más mínimo rubor, a saber: Misterioso asesinato en Manhattan, Balas sobre Broadway, Poderosa Afrodita, Todos dicen I love you, Desmontando a Harry, Celebrity, Acordes y desacuerdos, Granujas de mediopelo, La maldición del escorpión de jade, Todo lo demás..., en las que no sólo no variaba de género, sino que también llegó a sufrir un alarmante bajón a nivel creativo(principalmente desde Acordes y descuerdos en adelante) del que afortunadamente parece haberse repuesto con sus últimas producciones, con la salvedad del traspiés turístico, dicho esto último en el peor de los sentidos, que supuso Vicky Cristina Barcelona. El último Woody Allen, por tanto, es capaz de ofrecer dramas como Match point o Cassandra's dream, combinaciones de drama y comedia como Melinda y Melinda, y comedias a la vieja usanza sin pretensiones pero con toneladas de oficio como Scoop o Si la cosa funciona.
Si bien Woody Allen parece haber vuelto a desarrollar una cierta osadía en la elección de sus proyectos y sobre todo en lo que al riesgo y a la variedad genérica se refiere, ésta no supone absolutamente nada en comparación con la que a mi juicio es la época dorada de su filmografía, la década de los 80 en la que alternaba films de índole bergmaniana como La comedia sexual de una noche de verano, Otra mujer o Septiembre, con proyectos absolutamente personales e intransferibles como la inclasificable Zelig o La rosa púrpura de El Cairo, con comedias en las que, a pesar de poder apreciar sus temáticas habituales, no estaban exentas de originalidad en sí mismas como Días de radio o Broadway Danny Rose, o con dramas en los que la influencia bergmaniana queda atrás para ofrecernos su propia mirada, como es el caso de la excepcional Delitos y faltas.
En ese sentido Si la cosa funciona, supone un reencuentro con la ciudad de Nueva York, después de su periplo londinense y barcelonés, y un reencuentro con su estilo de comedia más arquetípico. El personaje de Larry David es el típico neurótico y misántropo que Woody Allen ha interpretado durante toda su filmografía, y que además de guardar muchos puntos en común con el personaje que interpretaba Max Von Sydow en Hannah y sus hermanas, también guarda relación con los hipocondríacos que Woody Allen ha interpretado a lo largo de su carrera. A su vez en Si la cosa funciona tenemos también otros rasgos representativos de la filmografía de Woody Allen, como el derribo de la cuarta pared(Annie Hall), o los intercambios de pareja tan comunes en la obra del realizador neoyorkino. Por lo tanto Si la cosa funciona, gustará a aquellos fans irreductibles del Woody Allen más representativo, y quizás repelerá a aquéllos que dicen que Woody Allen siempre hace lo mismo, porque además, en este caso tendrían razón.
A mí personalmente, me encanta Woody Allen, tanto cuando hace lo de siempre, como cuando experimenta y se sale un poco de la dinámica habitual. En otras palabras, por un lado me encantan Otra mujer, Interiores, Zelig, Delitos y faltas, La comedia sexual de una noche de verano, Septiembre o La rosa púrpura de El Cairo, y también me gustan muchísimo Hannah y sus hermanas, Manhattan, Annie Hall, Desmontando a Harry, Balas sobre Broadway o Días de radio. En este caso para definir la experiencia que supone ver Si la cosa funciona, diría que todos necesitamos salir de casa para ver a los amigos, para salir de fiesta, tomar un café o unas cervezas con los amigos, ir de tapas, o incluso hacer un viaje, pero después de hacer todas esas cosas también apetece volver a casa, y sobre todo quedarse en ella, y eso es precisamente Si la cosa funciona, el retorno a casa después de haber estado un tiempo fuera, y es que en casa se está muy bien, sobre todo si la cosa funciona.
Si bien es cierto que el propio Woody Allen se ha encargado de alimentar sustancialmente el tópico, sobre todo durante la década de los 90 en la que enlazaba comedia tras comedia sin el más mínimo rubor, a saber: Misterioso asesinato en Manhattan, Balas sobre Broadway, Poderosa Afrodita, Todos dicen I love you, Desmontando a Harry, Celebrity, Acordes y desacuerdos, Granujas de mediopelo, La maldición del escorpión de jade, Todo lo demás..., en las que no sólo no variaba de género, sino que también llegó a sufrir un alarmante bajón a nivel creativo(principalmente desde Acordes y descuerdos en adelante) del que afortunadamente parece haberse repuesto con sus últimas producciones, con la salvedad del traspiés turístico, dicho esto último en el peor de los sentidos, que supuso Vicky Cristina Barcelona. El último Woody Allen, por tanto, es capaz de ofrecer dramas como Match point o Cassandra's dream, combinaciones de drama y comedia como Melinda y Melinda, y comedias a la vieja usanza sin pretensiones pero con toneladas de oficio como Scoop o Si la cosa funciona.
Si bien Woody Allen parece haber vuelto a desarrollar una cierta osadía en la elección de sus proyectos y sobre todo en lo que al riesgo y a la variedad genérica se refiere, ésta no supone absolutamente nada en comparación con la que a mi juicio es la época dorada de su filmografía, la década de los 80 en la que alternaba films de índole bergmaniana como La comedia sexual de una noche de verano, Otra mujer o Septiembre, con proyectos absolutamente personales e intransferibles como la inclasificable Zelig o La rosa púrpura de El Cairo, con comedias en las que, a pesar de poder apreciar sus temáticas habituales, no estaban exentas de originalidad en sí mismas como Días de radio o Broadway Danny Rose, o con dramas en los que la influencia bergmaniana queda atrás para ofrecernos su propia mirada, como es el caso de la excepcional Delitos y faltas.
En ese sentido Si la cosa funciona, supone un reencuentro con la ciudad de Nueva York, después de su periplo londinense y barcelonés, y un reencuentro con su estilo de comedia más arquetípico. El personaje de Larry David es el típico neurótico y misántropo que Woody Allen ha interpretado durante toda su filmografía, y que además de guardar muchos puntos en común con el personaje que interpretaba Max Von Sydow en Hannah y sus hermanas, también guarda relación con los hipocondríacos que Woody Allen ha interpretado a lo largo de su carrera. A su vez en Si la cosa funciona tenemos también otros rasgos representativos de la filmografía de Woody Allen, como el derribo de la cuarta pared(Annie Hall), o los intercambios de pareja tan comunes en la obra del realizador neoyorkino. Por lo tanto Si la cosa funciona, gustará a aquellos fans irreductibles del Woody Allen más representativo, y quizás repelerá a aquéllos que dicen que Woody Allen siempre hace lo mismo, porque además, en este caso tendrían razón.
A mí personalmente, me encanta Woody Allen, tanto cuando hace lo de siempre, como cuando experimenta y se sale un poco de la dinámica habitual. En otras palabras, por un lado me encantan Otra mujer, Interiores, Zelig, Delitos y faltas, La comedia sexual de una noche de verano, Septiembre o La rosa púrpura de El Cairo, y también me gustan muchísimo Hannah y sus hermanas, Manhattan, Annie Hall, Desmontando a Harry, Balas sobre Broadway o Días de radio. En este caso para definir la experiencia que supone ver Si la cosa funciona, diría que todos necesitamos salir de casa para ver a los amigos, para salir de fiesta, tomar un café o unas cervezas con los amigos, ir de tapas, o incluso hacer un viaje, pero después de hacer todas esas cosas también apetece volver a casa, y sobre todo quedarse en ella, y eso es precisamente Si la cosa funciona, el retorno a casa después de haber estado un tiempo fuera, y es que en casa se está muy bien, sobre todo si la cosa funciona.
Título original: Whatever works
País: Estados Unidos
Año: 2009
Intérpretes: Larry David, Evan Rachel Wood, Henry Cavill, Patricia Clarkson, Michael McKean, Kristen Johnson, Ed Begley Jr, Cassidy Gard, Lyle Kanouse
Guión: Woody Allen
Música: Varios
Fotografía: Harris Savides
Producción: Sony Pictures / Wild Bunch / Gravier Productions
Director: Woody Allen
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8 comentarios:
Pues no la he visto todavía. Pero coincido más o menos con lo que dices en el post sobre Woody. A mí me gusta mucho, a pesar de que veo que también tiene bajones. Pero creo que es uno de los grandes... porque a pesar de su extensa producción y de tener algunas muy flojas... la mayoría son buenas y bastantes, obras maestras. También es cierto que estos último años y salvo excepciones (Match Point) ha bajado su calidad o ha resuelto con oficio (las que tú apuntas, Scoop, por ejemplo). Pero no sé.. Tiene tan buenas películas. Mi favorita tal vez sea Hannah y sus hermanas. Pero hay otras por ahí que se disputarían el puesto porque son igual de buenas. Un abrazo.
Interesante crítica!por lo que veo, Jaime, coincidimos en bastantes cosas,yo también soy Allenófilo. Las he visto casi todas y es raro que me disguste una película suya. Una cosa que me parece notable es lo prolífico que es, prácticamente una película por año! sería imposible pensar que todas salieran obras maestras, pero lo que es cierto es que la menos buena de Allen siempre es mejor que la de mejor de otros. Un saludo.
Yo también soy fan de Woody. Sin embargo a mí me parece que en esta última peli la cosa no funciona del todo. Tiene algunos diálogos increíbles, vuelve a tener ese estilo que mencionas que hace tiempo que no veíamos, pero falla el actor principal haciendo de Woody, y sobre todo falla la resolución final tan típica de Woody Allen, tan previsible que ya no se esfuerza en hacer creíbles las rupturas y los encuentros amorosos. Está bien pero sin funcionar del todo.
Buen post...
La verdad es que no esperaba mucho de esta película (sobre todo después del bluff de Vicky Cristina Barcelona), así que fue una grata sorpresa ver que todavía puedo ver una película de W. Allen y reirme bastante (supongo que se me nota que son fanática de sus primeras comedias)....
Estupendisimo post. coincido. Me enganché a Woddy con sus disparatadas comedias del principio y ya me da igual lo que haga, me tiene embrujada. Los libros que ha escrito los tengo todos, el último "Pura anarquía" a base de pequeños relatos inspirados en casi todos noticias de prensa es sensacional. No falla, cada vez que leo un trocito, suele ser en los 5 min. antes de salir a la calle que me pueden sobrar, es como un ritual, siempre me hace reir por mucho que me lo sepa.
Ya conocerás mi lema:"La peor película de Woody Allen es siempre la mejor de la cartetera." besazos amigo Declan.
Etrigan, está claro que no es una de las grandes, no puede competir con ninguna de ellas, pero bueno, tiene su encanto.
David, Hannah y sus hermanas es una maravilla, pero es que tiene tantas buenas que muchas veces se hace imposible elegir, y casi todas esas son de la década de los 80, ahí sí que iba a obra maestra por año, saludos.
José Luis, quizás no está ya para hacer una película de calidad al año, yo creo que si esperara un poco más le saldrían mejores.Un saludo.
Desconvencida, estamos igual, yo tampoco esperaba mucho y mira, pasé un buen rato. Vamos a ver que tal le sale la siguiente, un beso.
Wodehouse, eso siempre, la peor de Woody es la mejor de la cartelera, ayysss, que tiempos cinematográficos nos ha tocado vivir, un beso.
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