La vida puede ser maravillosa, aunque hoy lo es algo menos

Como decía el bueno de Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa, y así lo sentimos los aficionados al baloncesto durante toda su trayectoria, desde sus retransmisiones radiofónicas en Antena 3 radio o La Cope. Yo todavía recuerdo cuando vi el Eurobasket de Alemania en el que fuimos eliminados por un tiro en el último segundo de Chris Welp, aunque más que ese tiro, recuerdo ver la tele y escucharle a él por la radio, con ese ambiente de taberna..., de barra de bar, en el que él, Biriukov, Nacho Solozábal y Mario Pesquera entre otros, hablaban de baloncesto y contagiaban esa alegría y ese amor por el juego al oyente, con ese desenfado y esa alegría con la que cualquiera se toma unas cañas y unas tapas mientras ve un partido. Sin embargo, y a pesar de que resultaba sumamente agradable escuchar a Solozábal, Biriukov y Mario Pesquera, todo ese ambiente de loca y eufórica taberna no hubiera sido posible sin Andrés Montes, sin sus ratatatataataaaaaaaaa, sin sus gritos, ...sin su pasión.

Años después su pista me llevó a la NBA en Digital Plus, aunque tardé en seguirle con asiduidad ya que no podía permitirme ser abonado. Así que tan solo conocía el trabajo de la mítica pareja Montes-Daimiel de forma discontinua y esporádica, no fue hasta hace unos pocos años que pude abonarme y seguir los partidos en diferido por Sportmania. En ese momento descubrí que a pesar de que la NBA actual en muchos partidos deja bastante que desear, a pesar de que ciertos macarras malentienden la filosofía de este juego y demuestran noche tras noche que han venido a una pista de baloncesto únicamente a mancillar el legado de Michael Jordan, ... gracias a Montes y Daimiel un partido entre dos bandas de la parte baja de la NBA podía ser una oda a la comedia más disparatada, en la que lo mismo se hablaba de cortes de helado, de vino afrutado que del menú de Nochebuena de Daimiel, ... y el partido estaba ahí, ... pero no importaba, porque lo interesante muchas veces no estaba en la pista, la grandeza no estaba en un Toronto-Minnesota, ni en un Memphis-Milwaukee..., los cracks no estaban Estados Unidos, ni en una cancha de baloncesto, estaban en España y eran los que retransmitían el partido.

La grandeza de la pareja Montes-Daimiel se encontraba precisamente en que eran dos personas distintas que se complementaban a la perfección. Mientras en la Sexta Salinas y Kico competían por imitar a Montes, Daimiel daba el contrapunto perfecto, el rigor del serio analista combinado con una ironía y una flema casi británica con la que podía soltar una barbaridad todavía más grande que la de Montes, pero sin hacer apenas ruído. Una muestra del estilo Montes-Daimiel sería este diálogo que les recuerdo de sus tiempos en Digital Plus.

Montes(mientras Ben Wallace lanzaba unos tiros libres): ¨aquí tenemos a Ben Wallace, miembro del Consejo de Administración de Jepetto Brotherssssss...., porque el presidente es sin duda Shaquille O´Neal .... Bilmaaaaaa ábremeeee la puertaaaaaaa(después de fallar el primer tiro libre)¨

Daimiel: ¨sin duda un miembro importante de dicho Consejo de Administración(con tono de plena seriedad, como si estuviera hablando de algo importante y fuera un consejo de administración real)¨

Con la marcha de Montes a La Sexta, Montes no fue Montes, no fue el mismo Montes, y Daimiel..., Daimiel tampoco fue ni volverá a ser nunca el mismo Daimiel. Con Andrés Montes se ha perdido una forma intransferible de hacer televisión en España, con la muerte de Andrés Montes se ha perdido para siempre la posibilidad de la reunión del binomio Montes-Daimiel, al igual que con la muerte de John Lennon se perdió para siempre la posibilidad de que Los Beatles volvieran a unirse,sin duda los aficionados al baloncesto estamos de luto... descanse en paz.