Los Vengadores y El Caballero Oscuro: la leyenda renace; dos formas muy distintas, e igualmente lícitas, de entender los superhéroes

 

Poco podían imaginar Jerry Siegel y Joe Schuster cuando en 1938 crearon al primer superhéroe de la historia, Superman, que tras su personaje nacería todo un género que llegaría hasta el siglo XXI, y tampoco podían sospechar que ese género cambiaría tanto desde las primeras inocentes historias que ellos contaron. Autores como Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko, Bill Mantlo, Marv Wolfman, George Pérez, John Byrne, Joe Kubert, Walter Simonson, Neal Adams, Chris Claremont, Gil Kane, John Buscema, Sal Buscema, Jim Aparo, Gene Colan, Curt Swan, Jim Starlin, Alan Moore o Frank Miller han contribuido a hacerlo evolucionar hasta convertirlo en lo que es hoy en día, y por el camino se han realizado muchos buenos y malos tebeos.

El género se convirtió, con la explosión de la era Marvel allá por los años sesenta, en un torrente de entretenimiento con una base de cierto realismo que contribuía a que el lector sintiera un anclaje con la realidad, y sobre todo a que se identificara de forma más rotunda con los personajes de lo que lo había hecho hasta el momento en todos los años de historia del género encabezados por los personajes de DC.De esta manera continuó durante muchos años dando un entretenimiento digno a multitud de chavales en principio, y a los que ya no son chavales posteriormente. Género de evasión, sí, pero que también sabía introducir problemas sociales e incorporar  una cierta dosis de crítica, como vimos en las páginas de Capitán América, tanto con Stan Lee y Gene Colan, como en la modélica posterior etapa de Steve Englehart y Sal Buscema, o en el Green Lantern/Green Arrow de Denny O'Neil y Neal Adams.
   

Posteriormente el género todavía se hizo más mayor, más oscuro, aunque esto no siempre trajo cosas positivas. Obras como Watchmen(Alan Moore y Dave Gibbons), The Dark Knights Returns(Frank Miller) o La última cacería de Kraven(J.M. De Matteis y Mike Zeck) le dieron una mayor seriedad y una mayor profundidad psicológica aunque su herencia en muchas ocasiones haya devenido en una pérdida de la épica, la imaginación y el sentido de la maravilla, pero eso sería harina para otro post.

En definitiva, los superhéroes pasaron del cómic al cine, aunque afortunadamente, nunca han abandonado el medio del que nacieron. Sin embargo, el género en el cine ha conocido más sombras que luces, moviéndose en el terreno de la corrección(en el mejor de los casos), o en el de la bazofia más deleznable en una gran mayoría de películas. Ejemplos como las dos películas de Batman, de Joel Schumacher o Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, por no hacer demasiado extensa la nómina, hablan bien a las claras de que el género no estaba ofreciendo, en su trasvase al séptimo arte, ni entretenimiento de primer nivel sin tomar el pelo al espectador, ni tampoco profundidad psicológica ni seriedad, ni cierto tono adulto.Afortunadamente, en los últimos meses han aparecido dos películas, cada una de ellas representante de las dos tendencias a las que me refería en los párrafos anteriores: Los Vengadores, y El Caballero Oscuro: la leyenda renace.

En los últimos años, desde Marvel Studios, y mediante una serie de películas(Iron Man, Iron Man 2, Hulk, Thor y Capitán América), se ha ido preparando el camino hasta Los Vengadores, y aunque muchas de las películas han sido entretenidas, la sensación que he tenido en estos años, en muchos de los casos es la de que no eran más que un ejercicio preparatorio para la cinta protagonizada por los Héroes Más Poderosos de la Tierra, y que en el caso de la película de Joss Whedon hubiera sido un bluff, todo hubiera quedado convertido en una gran nada. Afortunadamente, Los Vengadores, han sido el sueño que todo seguidor del género de superhéroes soñaba con hacer realidad en una sala de cine, ya que contiene acción a raudales, guiños a las convenciones más clásicas del género, y lo que es más importante, entretenimiento a granel; y si bien carecían de una gran profundidad, son, sin ninguna duda, un fiel exponente del lado más palomitero del género, lo cual era, ni más ni menos que lo que se esperaba de ellos. En ese sentido el balance de la primera entrega de sus aventuras es inmejorable.

En el caso de El Caballero Oscuro: la leyenda renace, nos encontramos ante la culminación de una trilogía que con el tiempo será histórica. Cine de autor con mayúsculas aunado con una concepción del mainstream que no pasa por tomar por idiota al público, sino por convertir en axioma la vieja máxima de Ernst Lubitsch de que al espectador hay que decirle dos más dos y dejar que él haga la suma. Esto se puede aplicar a la trilogía que se iniciara con Batman Begins, y  a prácticamente toda la obra de Christopher Nolan.

No pretendo desde aquí, porque tampoco dispongo de tiempo y espacio,  realizar una crítica exhaustiva de la trilogía, tan solo pretendo darle las gracias a Christopher Nolan por haber cogido un personaje y una franquicia que en el cine estaban totalmente acabados, y ser capaz de, sin perder en ningún momento la esencia del personaje, dar una visión muy personal del universo del Hombre Murciélago. Éste sería ya de por sí un grandísimo motivo de agradecimiento para Christopher Nolan y su trabajo, pero, por lo que realmente hay que estarle agradecido es por haber conseguido que todo tipo de público se interesara por su visión de Batman y por haber dado una imagen seria del mundo del cómic.

En resumen, Los Vengadores y El Caballero Oscuro: la leyenda renace. Dos películas, dos tendencias distintas, pero ambas plenamente válidas. Esperemos que el futuro nos depare más cintas como estas dos.