domingo, 22 de enero de 2012

Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, de Michael Chabon




Mi apretada agenda laboral me había llevado, después de un año particularmente fértil en cuanto a lecturas de libros y cómics se refiere, a un abandono total de la literatura que ha durado dos meses aproximadamente. Esa dejadez del hábito lector de letra impresa a palo seco ha desaparecido, felizmente, gracias al descubrimiento de la novela de Michael Chabon, Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, galardonada con el Premio Pulitzer en 2001.



Para aquellos que no lo sepan, Las aventuras de Kavalier y Clay es una novela ambientada en los años 40 y 50, y narra la historia de Sammy Clay y Joe Kavalier, dos jóvenes judíos, de Nueva York y Praga respectivamente, quienes, después de que el segundo consiga huir de los nazis atravesando media Europa, logran trabajar en el incipiente mercado del cómic creando un personaje llamado El Escapista que les comportaría una merecida fama. La novela recrea fielmente el mundo del cómic de la época integrando a la perfección el personaje de El Escapista y a los protagonistas de la novela dentro del contexto real del cómic de la época, abarcando desde los años 40 hasta la década de los 50, o lo que es lo mismo la Edad de Oro y también la Edad Oscura de los 50 con la aparición del panfleto de Fredric Wertham, La seducción del inocente, que supuso un golpe brutal al medio con la aparición de la censura encarnada en el sello del Comics Code Authority.


Aunque es indudable que Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay es una novela que puede interesar a amantes del medio, no es menos cierto que puede ser también muy interesante para los amantes del cine clásico y de esa época dorada en general, y sobre todo para los amantes de la buena literatura. La novela toca numerosos temas como la magia, los cómics, el escapismo en todas sus formas(ilusionismo, la ficción como medio de evasión de la realidad...), el nazismo, la 2ªGuerra Mundial, el holocausto..., y todo ello contado con un encanto similar al que destilaba esa película tan maravillosa de Woody Allen llamada Días de radio.


La prosa de Chabon repleta de oraciones subordinadas consigue ser elegante e imaginativa a lo largo de sus 730 páginas, logrando que el lector bucee por la historia y por la ficción, por la realidad de los personajes y por la de sus historietas, sumergiéndolo de lleno en una obra repleta de amor por el cómic y por la vida, cuya lectura es absolutamente recomendable, y que ha conseguido que un servidor recupere de nuevo el hábito lector literario que había perdido en el pasado mes de septiembre.

2 comentarios:

Mo Sweat dijo...

Una novela que debido a todo lo que he leído sobre ella, hace tiempo que tengo ganas de leer algún día, pero al paso que voy...

...Y con la pila de lecturas pendientes comiqueras... en fin.

Saludos.

Jaime Sirvent dijo...

Bueno, ya encontrarás el hueco, también es que con las obligaciones que tenemos todos se hace difícil hacer espacio para las lecturas, pero bueno, hay que hacerlo en la medida en la que se pueda. Creo que te va a gustar.

Un saludo.