Blanco Humano, de Peter Milligan, con Edvin Biukovic, Javier Pulido, Cliff Chiang y Cameron Stewart

Una de las eternas dicotomías a las que deben enfrentarse las diversas manifestaciones culturales es a la de su pertenencia a la cultura popular o a la alta cultura, que bien podría trasladarse a la distinción entre obras de género y obras de autor que pervive aún en nuestros días tanto en el ámbito del cine como el del noveno arte. Peter Milligan es, sin ningún género de dudas, uno de los guionistas más personales que trabajan en el ámbito del cómic mainstream americano, aunque siendo rigurosos podríamos considerar a Milligan dentro del underground del mainstream si es que esa etiqueta es posible, ya que obras tan inclasificables como Girl, Los Carnívoros, The Minx, Skreemer, y sobre todo Enigma lo emparentan más bien poco por no decir nada, por mucho que hayan sido publicadas por un sello perteneciente a una major como es DC, tanto con el ala "guayona" del negocio encabezada por los Brian Michael Bendis, Mark Millar o Matt Fraction de turno como con el grupo más clásico en el que podríamos encontrar gente como Geoff Johns, Mark Waid, Kurt Busiek o James Robinson. Peter Milligan es muy Peter Milligan, y cuando se le fuerza a no serlo es cuando factura sus peores trabajos, como bien ha podido verse por ejemplo en su etapa al frente de La Patrulla-X, pero cuando se le deja serlo demuestra ser un guionista no solo personal, sino también excelente, y es dentro de ese nivel de excelencia en el que entra de lleno una obra como Blanco Humano.
Blanco Humano es con todo merecimiento, una de las obras más conocidas y valoradas del autor de X-Statix, aunque antes de hablar de ella veo plenamente necesario situar tanto el personaje de Christopher Chance, el Blanco Humano, como la premisa de la serie. Nuestro protagonista fue creado por Len Wein y Carmine Infantino en los años 70, y su trabajo consistía en suplantar física y espiritualmente a personas cuyas vidas se encontraban amenazadas. Sin embargo, y a pesar de que la premisa argumental resultaba sumamente atractiva, el personaje pasó sin pena ni gloria por el mundillo editorial y fue rápidamente olvidado hasta la actualización que sufrió a manos de Peter Milligan, quien lo remozó para el sello Vertigo de DC tomando esa atractiva premisa inicial y adaptándola a los nuevos tiempos. Para ello trabajó muy a fondo la psicología del personaje planteando las siguientes preguntas al lector:"si para suplantar a alguien no basta con asumir su físico, sino que debes ser capaz de engañar a todo el mundo y hacerles creer que eres esa persona, ¿hasta dónde puedes llegar sin perder tus propias señas de identidad y tu propio conocimiento de quién eres realmente?, ¿eres tú o eres las personas que suplantas?, ¿no es acaso el propio Christopher Chance una cáscara vacía esperando ser llenada por las personas en las que se convierte?".
El resultado es un cómic cuyo género podría ser el thriller de acción, pero que no deja de ser una reflexión sobre la identidad humana en la que podemos encontrar temas como el del doble, aparte de agudas y ácidas críticas contra los Estados Unidos, en forma de sátira del lado más superficial y vacío de Hollywood o de denuncia de la histeria antimusulmana que asoló Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre. Peter Milligan consigue por tanto, realizar una obra de autor muy personal dentro de un cómic de género, consiguiendo un tebeo que funciona de manera ejemplar en ambas direcciones, y cuya lectura y relectura son harto recomendables. ¿Cómic de autor?, ¿cómic de género?, Blanco Humano es ambas cosas, pero por un encima de todo eso es un tebeo cojonudo.

A nivel gráfico tanto la primera miniserie como la posterior novela gráfica y serie regular rayan a un nivel muy alto gracias al buen hacer del tristemente malogrado Edvin Biukovic, como del español Javier Pulido, y los artistas Cliff Chiang y Cameron Stewart. El primero consigue dar a la historia de un gran sentido del ritmo, mientras que Cliff Chiang dota a la serie de un tono noir que a mí personalmente me ha recordado en algunos momentos al Michael Lark de Gotham Central; y Cameron Stewart consigue mantener un nivel bastante correcto en los episodios que realiza. Sin embargo, para un servidor, es Javier Pulido quien realiza el trabajo más brillante de todos ellos. Me parece sencillamente admirable ver cómo consigue contar tanto con tan pocos elementos y con un dibujo aparentemente tan simple en el que asimila la influencia de maestros tan incontestables como Alex Toth, y con el que consigue un nivel narrativo al alcance de muy pocos.

En definitiva, nos encontramos ante un guión sobresaliente, y ante unos dibujos correctísimos y buenos en el peor de los casos, y narrativamente brillantes en el mejor de los casos, que justifican plenamente la excelente reputación de una obra como Blanco Humano.