jueves, 28 de abril de 2011

Elizabeth Taylor(1932-2011) y Sidney Lumet(1924-2011)

Como lamentablemente viene siendo habitual en los últimos años, hemos sufrido unas cuantas pérdidas más, irreparables todas ellas, dentro de ese mundo del cine que tanto amamos. Nombres tan señeros e importantes, dentro del panorama nacional e internacional, como Amparo Muñoz, Annie Girardot, Jane Russell, Michael Gough o Farley Granger entre otros, a los habría que añadir la reciente pérdida de María Isbert. Ante la imposibilidad de poder homenajear como se merecería a todos ellos, me veo obligado, habida cuenta del escaso ritmo de actualización de este vuestro blog, a quedarme con los dos nombres que me tocan más de cerca en cuanto a experiencia fílmica: Elizabeth Taylor, y sobre todo Sidney Lumet.




Elizabeth Taylor nació en Hampstead(Londres), el 27 de febrero de 1932 y debutó en el cine como intérprete infantil en los años 40. En dicha década destacan títulos como La cadena invisible, El coraje de Lassie y Fuego de juventud, dirigidas las dos primeras por Fred McLeod Wilcox y la última por Clarence Brown. La carrera de Taylor fue galardonada en dos ocasiones con el Oscar a la mejor actriz por sus trabajos en Una mujer marcada, dirigida por Daniel Mann, y en ¿Quién teme a Virginia Woolf?, del realizador Mike Nichols. Al igual que sucede con todos estos mitos del cine clásico, y no ocurriría si realizáramos dicho repaso por la carrera de, pongamos por caso, Jennifer Aniston, glosar la filmografía de Elizabeth Taylor es hacer un recorrido estelar por algunos de los más insignes realizadores de la historia del cine, tales como Mervyn LeRoy(Mujercitas), Vincente Minnelli(El padre de la novia, El padre es abuelo, Castillos en la arena), George Stevens(Un lugar en el sol, Gigante), Richard Thorpe(Ivanhoe), William Dieterle(La senda de los elefantes), Richard Brooks(La última vez que vi París, La gata sobre el tejado de zinc), Joseph Leo Mankiewicz(De repente, el último verano, Cleopatra), Edward Dmytryk(El árbol de la vida), Franco Zeffirelli(La mujer indomable), John Huston(Reflejos en un ojo dorado), Joseph Losey(La mujer maldita, Ceremonia secreta), George Cukor(El pájaro azul) o Guy Hamilton(El espejo roto). Con la desaparición de Elizabeth Taylor se marcha una de las últimas representantes que quedaban vivas de una forma de entender el cine que siempre vivirá en nuestros corazones.






Si el deceso de Elizabeth Taylor es un hecho trágico, mucho más lo ha sido el óbito de Sidney Lumet, habida cuenta de que todavía continuaba en activo, como bien ponía de manifesto su magistral última película, Antes de que el diablo sepa que has muerto, y que un servidor albergaba la esperanza de que el realizador de Punto límite nos obsequiara con alguna otra sorpresa agradable más. Lamentablemente habremos de conformarnos con el resto de su filmografía que no es poco, ni mucho menos.




Sidney Lumet perteneció al igual que el recientemente fallecido Arthur Penn, junto a otros realizadores como Martin Ritt, John Frankenheimer, Franklin J.Schaffner, Robert Mulligan o Stuart Rosenberg entre otros, a la llamada Generación de la televisión, conocida con este apelativo por la procedencia televisiva de sus miembros. Precisamente, Lumet debutó en el cine con Doce hombres sin piedad, obra que ya había adaptado unos años antes al formato televisivo, en la que actuaba un superlativo Henry Fonda, al frente de un reparto plagado de grandes actores como Martin Balsam, Jack Warden o Lee J. Cobb, y que supuso uno de los mayores hitos de su dilatada filmografía.


Dentro de su carrera durante la década de los 60 sobresalen títulos como Piel de serpiente, protagonizada por Marlon Brando; la adaptación de la obra teatral de Eugene O'Neill, Larga jornada hacia la noche, con Katharine Hepburn; la fábula de política ficción Punto límite, en la que volvió a colaborar de nuevo con Henry Fonda, y que podría considerarse como el reverso trágico de la obra maestra de Stanley Kubrick, Teléfono rojo, volamos hacia Moscú; la cinta bélica La colina, que supuso su primera colaboración con el actor escocés Sean Connery, o Llamada para un muerto, en la que adaptaba una novela de John LeCarré.


Si la década de los 60 fue muy favorable para el realizador de La colina, la de los 70 supuso su espaldarazo definitivo con películas como Supergolpe en Manhattan, La ofensa(ambas protagonizadas por Sean Connery), Asesinato en el Orient Express, Serpico, Tarde de perros, y en especial esa lúcida diatriba contra las miserias del mundo de la televisión llamada Network: un mundo implacable, que sigue siendo tan atinada y vigente como en el momento de su estreno en el año 1976.


En las tres siguientes décadas Sidney Lumet continuaría entregando films interesantes como Veredicto final(1982), A la mañana siguiente(1986), Distrito 34: corrupción total(1990), Una extraña entre nosotros(1992), La noche cae sobre Manhattan(1996), o ese espléndido broche de oro a toda su carrera que fue la negrísima Antes de que el diablo sepa que has muerto(2007).


Elizabeth Taylor y Sidney Lumet se han marchado para siempre, pero nosotros siempre podremos revisar su obra, muchísimas gracias por darnos este legado tan maravilloso.

2 comentarios:

WODEHOUSE dijo...

dios santo, desde luego esto es tristisimo, se cierra casi del todo un ciclo irrepetible en la historia del cine, que nunca se repetirá. He sentido muchisimo la muerte de Liz desde luego, mucho.
besazos!!!!

Jaime Sirvent dijo...

Siempre nos quedarán sus películas, un beso.