miércoles, 16 de febrero de 2011

Los próximos tres días

Se puede decir más alto pero no más claro, la nueva película de Paul Haggis, Los próximos tres días, confirma todas las virtudes que ya apuntó en su anterior película, la excepcional En el valle de Elah, y le revela como uno de los directores a seguir en los próximos años. Si en Crash firmaba una película bienintencionada pero que era un compendio de clichés sobre el racismo carentes de fuerza, en esta última propuesta firma un elegante thriller que hace de la elusión del cliché su carta de presentación.



Ésta hubiera sido en líneas generales, por supuesto mucho más ampliada y desarrollada, mi crítica sobre Los próximos tres días si la hubiera hecho nada más salir del cine, o al menos en los días siguientes a haberla visto(la vi hace un par de semanas). Sin embargo, unos días después descubrí que el film de Paul Haggis es un remake de una película francesa que desconozco, al mismo tiempo que averigüé que la crítica en general no la ha acogido muy favorablemente(esto último no suele influir en mi criterio) por su condición de remake. Por tanto siento que mi conocimiento sobre la película y la validez de mi opinión sobre ella se encuentran bajo sospecha, al no poder afirmar con certeza qué aciertos del film de Haggis son mérito de este último, y no de su original francés Pour elle(2008), y sobre todo en qué medida Paul Haggis mejora o empeora el producto original.



Sin embargo, creo que la condición de remake de la última propuesta del guionista de Million dollar baby, puede darnos una buena oportunidad para reflexionar sobre el origen y sobre todo sobre los motivos y la conveniencia de la realización de remakes, ya sea de clásicos o bien de películas de otras nacionalidades que Hollywood se encarga convenientemente de vampirizar y abducir para luego exportar al mundo como algo presuntamente "nuevo". La práctica del remake comenzó en la era del cine clásico. Un ejemplo representativo es el caso de El prisionero de Zenda, del año 1937, dirigida por John Cromwell, que conoció un remake a cargo de Richard Thorpe en el año 1952, versión esta última mucho más conocida que la original gracias a sus numerosos pases televisivos, al menos en esos viejos tiempos de la belleza en las flores y del esplendor en la hierba en los que en las diversas televisiones se emitía buen cine. Como podemos apreciar, transcurrieron 15 años entre ambas versiones, y en una época en la que no existía internet, ni tan siquiera el vídeo, y por lo tanto no era posible el visionado doméstico de películas, el rodaje de una nueva versión que acercase a los espectadores de 1952 el clásico de 1937 estaba plenamente justificado.



También determinados directores como Frank Capra, Howard Hawks o Alfred Hitchcock realizaron remakes de películas que ellos mismos habían realizado en el pasado con el objetivo de mejorar algunos aspectos con los que no acabaron satisfechos. En el caso de Frank Capra tenemos Dama por un día(1933)-Un gangster para un milagro(1961), y Estrictamente confidencial(1934)-Lo quiso la suerte(1950); en el de Howard Hawks: Bola de fuego(1941)- Nace una canción(1948); y en el de Hitchcock las dos versiones de El hombre que sabía demasiado(1934 y 1956). Ni que decir tiene que el trío citado corrió una suerte muy dispar en su afán revisionista.




El remake en determinadas ocasiones ha conseguido superar a su original, es el caso de La Cosa(John Carpenter)(1982), muy superior a El enigma de otro mundo(Christian Nyby)(1951); o al menos igualar los logros de su predecesora y provocar división de opiniones entre los aficionados a la hora de decidir qué versión prefieren; como ocurre con La invasión de los ladrones de cuerpos(Don Siegel)(1956) y La invasión de los ultracuerpos(Phillip Kauffman)(1978), con las que un servidor nunca ha sido capaz de decidirse a la hora de establecer una jerarquización de preferencias personales. En contados casos, el remake logra superar hasta tal punto a pretéritas versiones, que pasa a ser considerado como la versión canónica, es el caso de El halcón maltés(John Huston)(1941), cuya magnificencia ha logrado eclipsar de forma rotunda anteriores adaptaciones de la novela de Dashiell Hammett como El Halcón(Roy del Ruth)(1931) y Satan met a lady(William Dieterle)(1936) que hoy en día apenas se recuerdan.




Como bien sabemos, el cine durante toda su historia ha vampirizado, o mejor dicho, adaptado, historias procedentes de otros medios de expresión artística como la literatura, y en los últimos años, también el cómic, e incluso ha realizado varias versiones de una misma obra literaria, con lo que no cabría hablar de remake, sino de diferentes acercamientos o adaptaciones. Dentro de esta corriente, y por no cansar al lector con excesivos ejemplos, basta con citar la obra de teatro The front page, de Charles MacArthur y Ben Hetch, que ha sido llevada al cine en repetidas ocasiones: Un gran reportaje(Lewis Milestone)(1931), Luna Nueva(Howard Hawks)(1940), Primera Plana(Billy Wilder)(1974) e Interferencias(Ted Kotcheff)(1988); o la novela de Charles Portis, Valor de ley, llevada al cine por Henry Hathaway en 1969 y por los hermanos Coen en 2010.




Los remakes han existido casi desde que el cine es cine, aunque nunca habían tenido tanta proliferación como en los últimos 20 años, en los que se han convertido en el pan nuestro de cada día, ya sea para volver a realizar películas del pasado, como para hacer versiones, en el caso del cine americano, de películas de otras nacionalidades. Resulta curioso apreciar, cómo mientras nos encontramos en la era de la información, en la que gracias a internet(al menos antes de la ley Sinde), y a la edición de clásicos en VHS en las décadas de los 80 y los 90, o en DVD o Blue-Ray en la actualidad, se puede acceder a prácticamente cualquier película, se haga necesario volver a rodar películas que ya existen para acercarlas a un público actual que es incapaz, por la desidia más adocenante o por el desinterés más absoluto, de hacer el esfuerzo de ver películas con más de 10 años de antigüedad o que se hayan rodado en cualquier país que no sea Estados Unidos, y bueno, ya si se juntan ambos factores podemos fliparlo directamente.




Uno de los argumentos que se suelen esgrimir ante la excesiva proliferación de remakes, es la de la falta de ideas de la industria, pero, ¿realmente no hay ideas o más bien son los productores los que prefieren darle al público su ración de potitos Remake, sabiendo que van a gozar de pingües beneficios, en vez de arriesgarse con historias nuevas?. Indudablemente, resulta muchísimo más fácil optar por la comodidad de transitar por territorios explorados, y en ese sentido, Paul Haggis en Los próximos tres días ha optado por este camino, consiguiendo al menos, realizar una película que sorprenderá a aquellos espectadores con buen gusto que desconozcan el original francés Pour elle.

Los próximos tres días
Título original: The next three days
País: Estados Unidos
Año: 2010
Intérpretes: Russell Crowe, Elizabeth Banks, Liam Neeson, Olivia Wilde, Brian Dennehy, Jonathan Tucker, Sean Huze, Lennie James, Jason Beghe
Guión: Paul Haggis según el guión original de Fred Cavayé y Guillaume Lemans
Música: Danny Elfman
Fotografía: Stéphane Fontaine
Productor y Director: Paul Haggis

8 comentarios:

johnphillips1981 dijo...

Amigo me la apunto. Eso sí para cuando salga en DVD que ya ni siquiera me acuerdo de lo que es el cine.

Un abrazo.

Jaime Sirvent dijo...

Ya me contarás que te parece, un abrazo.

Fran G. Lara dijo...

A mí, sin embargo, me pareció bastante flojita, descompensada y cercana al telefilm.

J.A.Rubio dijo...

Mi opinión es favorable, pero gracias a la última media hora trepidante, que sube muchísimo el ritmo de drama intimista del resto del film.

ethan dijo...

En general no soy partidario de que se hagan remakes. Puedo comprender películas sobre un mismo tema de un mismo director (Río Bravo, El Dorado, Río Lobo, por ejemplo) hay varios casos. Y también reconozco remakes que superaron al original o lo igualaron (el caso de The Front Page). Pero, puestos a elegir, opto por la originalidad.
Saludos!

Jaime Sirvent dijo...

Fran, como suele decirse, para gustos los colores, y en este caso soy consciente de que mi opinión se encuentra totamente a contracorriente, un abrazo.


J.A.Rubio, totalmente de acuerdo, ya somos dos.

etha, a ser posible, yo siempre apuesto por la originalidad, saludos.

David dijo...

No la he visto. Y tampoco me muero de ganas, la verdad (pero la apunto como johnphillips)... Pero el post me ha gustado. Joder! Es verdad, ya ni recordaba que había versiones anteriores de la obra de Hammett (no las he visto, por cierto... de eso sí me has dado ganas de ver).
Iba a apuntar lo de falta de ideas (ja,ja), pero te me has adelantado y me gusta tu razonamiento.
No un "remake", pero "casi", también podrían considerarse las adaptaciones fílmicas que ponen al día viejas series televisivas.
En teoría creo que puedes hacer "nuevas versiones" o "remakes" de todo. Pero creo que hay cosas que igual es mejor "no tocarlas". Que se lo digan a Van Sant con Psicosis (que ni he visto, ni ganas; así prejuzgando desde la ignorancia (ja,ja)).
Buen post, Jaime..
PD: Hay muchas pelis que creemos "originales" y son versiones de pelis de otros países, por cierto.
Un saludito.

Jaime Sirvent dijo...

David, yo tampoco he visto las versiones anteriores a El halcón maltés, ahí he tirado de bibliografía.

Tienes toda la razón en lo de que hay películas que tenemos como originales, y realmente no lo son, en ese sentido se me ocurre el ejemplo de Luz que agoniza de George Cukor, que es una nueva versión de una película británica llamada Luz de gas, y que fue inmediatamente retirada de la circulación en la época. Saludos.