viernes, 5 de marzo de 2010

Dusty Springfield: Dusty in Memphis(1969)


Dusty Springfield es sin ningún género de dudas, una de las mejores vocalistas que haya dado el pop británico en toda su historia. Nacida en Hampstead, Londres en 1939 con el nombre de Mary Isabel Catherine Bernadette O'Brien, aunque el mundo la conocería como Dusty Springfield. Sus primeros pasos dentro del mainstream de la época transcurrieron guiados por la influencia del sonido Motown y de los grupos femeninos de Phil Spector con su célebre muro de sonido, como demostró en singles como I only want to be with you, y otros posteriores.

Casi con toda seguridad su admiración por la música negra, y su propia calidad humana, le hicieron desarrollar una fuerte conciencia acerca de las desigualdades raciales, lo que le llevó a negarse a actuar en Sudáfrica e incluso llegar a demandar, junto a su manager Vic Billings, al gobierno sudafricano del Apartheid por no permitir la entrada de negros a sus conciertos. Dusty después de una negociación inicial en la que se le decía que únicamente iba a actuar ante la audiencia blanca, se negó rotundamente, y ni siquiera llegó a viajar al país africano. Su afición por los sonidos made in Motown, de clara influencia en su carrera, le llevó a presentar en 1965 en la televisión británica, el programa The sound of Motown, contribuyendo de esta forma a la difusión de esta música en el Reino Unido.

En 1967 Dusty ficha por el sello Atlantic, y es aquí donde empieza la historia que realmente nos interesa, la grabación de esa obra maestra de la música popular llamada Dusty in Memphis. Los aficionados a la música pop y rock estamos acostumbrados a que sean nuestros ídolos quienes compongan el material que cantan, y en ocasiones olvidamos que hasta la llegada de Los Beatles, esto no era moneda común ni en la música americana ni en la británica, y por tanto podemos tener una cierta tendencia a "despreciar" injustamente a intérpretes que no componían su propio material, pero que poseían una enorme talla en el escenario y unas cuerdas vocales privilegiadas. Otra de las causas de ese posible "desprecio" la achaco a vivir en unos tiempos como los actuales en los que no componer tu propio material equivale prácticamente a ser una marioneta en manos de una discográfica dispuesta a facturar la "mierda" de moda que la muchachada reclame en cada momento; sin embargo en la época de la grabación de este álbum la industria funcionaba también de forma artística y la muestra es sin ningún género de dudas, la grabación de este disco.



Dusty Springfield
no componía sus canciones, salvo muy contadas excepciones, y dependía de las composiciones de genios como el tándem Bacharach/David, y el binomio King/Goffin entre otros, amén de muchísimos otros. Dusty in Memphis se puede calificar por tanto de trabajo industrial, pero es que claro, si grabas en Memphis, tu productor es Jerry Wexler, en tu disco componen Burt Bacharach, Carole King/Gerry Goffin, Randy Newman y Michel Legrand entre otros, tienes unos músicos de sesión de un nivel apabullante, un coro de voces negras, y al mismo tiempo tú cantas como los ángeles, el resultado únicamente puede ser bueno de narices.


Desde el clásico Son of a preacher man, compuesto por John David Hurley y Ronnie Stephen Wilkins, y que posteriormente sería a su vez grabado por Aretha Franklin, e incluido por Quentin Tarantino en la banda sonora de Pulp Fiction, a las numerosas composiciones que aporta la pareja formada por Carole King y Gerry Goffin como son So much love, Don't forget about me, No easy way down y I can't make it alone, a las dos canciones aportadas por Randy Newman(I don't want to hear it anymore, Just one smile), o la maravilla que aporta Michel Legrand(The windmills of your mind) o al que para mí es el gran momento dentro de un disco plagado de ellos, la bellísima composición de Burt Bacharach, In the land of make believe, en la que el oyente puede sentir que la voz de Dusty le acaricia suavemente la nuca, transmitiendo por ella un sinuoso cosquilleo como únicamente pueden hacer las más grandes.


Un clásico cuya audición únicamente puede hacer gritar al oyente de placer, y llevado por la enajenación producida por el júbilo de la reciente escucha exclamar cual Tarzán, ¡VIVA LA INDUSTRIAAAA!, lamentablemente después de apagar el reproductor, sacar el disco, uno vuelve a la cruda realidad, a los tiempos actuales y la industria actual.



9 comentarios:

Fran G. Lara dijo...

Ha ido usted a dar con una de mis cantantes favoritas (fíjese que hasta la sigo cuando estaba con su hermano en los Springfields e incluso he llegado a escuchar sus singles con las Lana Sisters) y dentro de su carrera, con mi disco favorito. Es reconfortante saber que, a veces, uno no está solo.

Jaime Sirvent dijo...

Nemo, me alegro mucho de haber dado en el clavo. Estamos menos solos de lo que a veces nos creemos, aunque en ocasiones lo podamos creer tanto, saludos.

desconvencida dijo...

Estupendo post, Jaime Sirvent.... desconocía la oposición que hizo Dusty al Gobierno Sudafricano, muy interesante, dice mucho de ella...

Por cierto que hace un par de años se habló de que Nicole Kidman iba a protagonizar un biopic sobre su vida, pero se ha quedado en nada, aunque igual casi es mejor....

WODEHOUSE dijo...

Bueno, es una de mis favoritas, creo que yo le dediqué un post hace un tiempo. Era elegante y una gran intérpretye, en la época de los grandes interpretes que no componían sino que los compositores escribían temas adecuados a cada uno de ellos-as.
Como bien dices Larry King y gerry Goofin, carloe King que se casó gerry goffing eran los grandes compositores del edificio Brill de donde salieron tantisimos e´xitos.
Gerry Goffin al principio trtaba de cantar sus temas pero no era buen cantante y solo componía, en cambio carole King si hacía ambas cosas muy bien.
Eran temas muy cuidados con buenos productores, orquestaciones de lujo, si haces mención al gran Burt Bacharack que me viene a la mente al referirme a las grandes orquestaciones.
Es una de mis épocas favoritas y más apasionantes de la historia de la música.
"I don't know what to do with myshelf..." me canto a menudo a mi misma, un tema de los más conocidos de esta mujer tan bella.
Me sorprende este post, tu blog ha dado un gran giro de cintura. Besos.

David dijo...

Lo de la industria es también cosa de con quién toque y las circunstancias. Si pensamos que la de "antes" tb cortaba y exprimía los discos de ya sabes quienes... Pero bueno, que comparto parte de lo que dices, y en este caso se ajusta perfectamente.
Yo sólo tengo un disco de éxitos de ella, pero en cuanto conseguí Spotify escuché este enorme disco varias veces.
Lo de Sudáfrica no lo conocía. Pero vamos, justo al revés que el "ciego" de Ray Charles, ¿no?. Y lo que más me soprendió según leí en su dia es que más que en Memphis, ella puso la voz en Nueva York.
El tema que has puesto es genial,pero mi favorito sigue siendo el del hijo del predicador.
Un abrazo.

Jaime Sirvent dijo...

desconvencida, muchas gracias. No sabía lo de la posible peli sobre su vida con Nicole Kidman, pero vaya, igual, como bien dices, es mejor que no se hiciera, saludos.

Wodehouse, me alegro de que te haya gustado el post, sin duda tanto Bacharach, como la pareja King/Goffin eran unos auténticos magos de la composición, y la King además una magnífica intérprete como bien demostró en su posterior carrera, saludos.

Jaime Sirvent dijo...

David, nunca he pensado en la industria como en una colección de cándidas hermanitas de la caridad, ni la de antes ni la de hora, sólo me refería al acabado final, que a fin de cuentas es lo que me interesa y lo que disfruto, y ahí, está claro que estos hijos de puta de la industria en esa época tenían mucha clase, ahora no la tienen y siguen siendo unos hijos de su madre, saludos.


PD: con lo de Son of a preacher man, totalmente de acuerdo, pero, tengo que guardarme balas en la recámara,¿no?,xD.

WODEHOUSE dijo...

Has dado en el clavo, Jaime, antes al menos tenían gusto y entendían de música, ahora son unos horteras que lo mismo hacen eso, que lo que sea, no aman la música.

Jaime Sirvent dijo...

En el cine pasaba y pasa igual también, besos.