jueves, 3 de diciembre de 2009

Malditos bastardos

Érase una vez en la Francia ocupada por los nazis; con esta frase, con la que suelen comenzar los cuentos infantiles, Quentin Tarantino nos advierte al principio de su película de que no vamos a encontrarnos con una fiel recreación de la Historia, e incluso que ni tan siquiera nos enfrentamos con una película bélica al uso, en la línea de El día más largo(Ken Annakin, Andrew Marton y Bernhard Wicki) o La batalla de Midway(Jack Smight), ni tan sólo con una de corte antibelicista como Sin novedad en el frente(Lewis Milestone), Senderos de gloria(Stanley Kubrick) o La colina de los diablos de acero(Anthony Mann); aunque sería de una profunda inconsciencia y temeridad esperar algo así del realizador de Death proof o Kill Bill, caracterizado por recrear los géneros a su antojo, dejando de lado la vertiente más clásica y centrándose en el lado más popular o populachero, buceando, ya no sólo en la serie B, sino en la serie Z sin ningún tipo de complejo, y consiguiendo siempre, y esto es lo fundamental, dar a estos materiales de consumo popular una impronta única e inconfundible, un sello autoral plenamente reconocible película a película y que sigue, a su vez, plenamente fiel al espíritu de cine de entretenimiento que siempre ha estado en los géneros que le sirven como modelo.



Si en Reservoir dogs y Pulp fiction, Tarantino efectuaba su acercamiento al film noir, donde ya empezaba a mostrar su aprecio por mostrar diversos puntos de vista de las acciones relatadas, al mas puro estilo Rashomon, y por retorcer y desordenar el orden lógico de la trama, aparte de dividirla en episodios aparentemente independientes, pero que forman un todo compacto dentro de la narración; en Jackie Brown se acercaba al cine blaxplotation, en los dos volúmenes de Kill Bill hacía lo propio con las artes marciales y en Death proof homenajeaba al exploit de persecuciones, coches y tías con tetas grandes, en esta ocasión le toca su turno al género bélico.

En Malditos bastardos podemos ver muchas de las características habituales del cine de Tarantino: al igual que Reservoir dogs y Pulp fiction se encuentra dividida en episodios, en los que cada personaje tiene un protagonismo especial, y al igual que en las dos películas mencionadas no hay un personaje que claramente destaque sobre los demás, teniendo por tanto una vocación de película eminentemente coral. En ese sentido sí se le puede reprochar a Tarantino la elección del título porque puede resultar un tanto engañosa para el espectador que espere ver continuamente las aventuras de los Bastardos a los que hace referencia, ya que puede hacer presuponer de antemano que la acción se va a centrar exclusivamente en ellos y en su cruenta matanza de nazis, cuando esto ni mucho menos es así, aunque evidentemente éstos tengan una gran importancia en el curso de la acción.


La primera secuencia de Malditos bastardos es antológica, y muy probablemente una de las mejores que haya rodado Quentin Tarantino en lo que lleva de carrera. En ella vemos en el terreno adyacente a una casa de campo, a un hombre cortando leña, mientras el contraplano nos enseña cómo unos vehículos del ejército alemán se van acercando progresivamente, mientras el hombre sigue cortando leña pacientemente, para después ordenarle a su hija que le prepare una palangana de agua para lavarse las manos. Tarantino intercala con un gran sentido del suspense el contraplano con los nazis acercándose cada vez más, mientras la niña saca la palangana del agua y entra en su casa con el resto de sus hermanas; por supuesto el espectador ignora cuales son las intenciones exactas de los nazis, aunque puede intuir que no son nada buenas. Una vez llegan éstos, el hombre que se encuentra al mando, el coronel Hans Landa, interpretado magníficamente por la auténtica revelación de la película, el actor Christoph Waltz, que fue premiado con el premio de interpretación en Cannes, pide educadamente permiso al propietario para entrar en su casa.


En esta larguísima secuencia inaugural podemos apreciar dos de las principales virtudes de Quentin Tarantino como director, y éstas no pueden ser en principio más antitéticas, la habilidad visual para construir una ejemplar secuencia de suspense, manejando perfectamente el tempo de la acción, y moviendo la cámara de forma elegante cuando la trama lo requiere(estoy pensando en concreto en el elegante travelling hacia abajo en el que se muestra a los judíos ocultos bajo el suelo); y el uso de la lengua y de la palabra, algo que se encuentra presente en el cine de Quentin Tarantino desde el principio de su carrera y que ha utilizado en la mayoría de los casos para mostrar a los profesionales del crimen, y en este caso de la guerra, en su faceta más cotidiana. El realizador de Pulp Fiction se vale también de la lengua para transmitir tensión y acción, estoy pensando en concreto en la famosa secuencia de la tortura de Reservoir dogs en la que Michael Madsen termina bailando el clásico de los Steelers Wheel, Stuck in the middle, en la que la tensión se encuentra mucho más en el parlamento del personaje de Michael Madsen diciéndole al policía infiltrado lo que le va a hacer, más que en lo que termina haciendo finalmente. Indudablemente un personaje tan verborreico como el coronel Hans Landa, y que además es capaz de hablar con inigualable soltura inglés, francés e italiano, aparte de su lengua materna, es poco menos que el colmo del uso de la lengua tan afín al autor de Jackie Brown.


La película se compone de diversas tramas(la venganza de Shoshana Dreyfus, la judía que escapó en la secuencia inicial de la película, la de los Bastardos y su cruzada descabelladora de nazis, la del soldado alemán cinéfilo, y la del servicio de espionaje que busca atentar contra Hitler), confluyendo todas en una sola en el desenlace de la película, y en todas ellas Tarantino va metiendo algunos de sus temas favoritos, como el de la cinefilia, presente en el personaje de Bridget von Hammersmark, interpretado por Diane Kruger, en el personaje de Shoshana Dreyfus(Mélani Laurent), en el soldado alemán protagonista de una especie de versión nazi de El sargento York...; el fetichismo de los pies, y sobre todo el peculiar uso que realiza Tarantino de la música.


Dejando de lado que la selección musical de sus películas siempre me ha parecido excelente, tanto por su calidad intrínseca como por su eclecticismo, en esta película se lleva la palma en este último aspecto. Además consigue que melodías y músicas propias de otros géneros casen de manera espléndida en su última propuesta, algo que ya hizo en Kill Bill, pero que ahora realiza con más fuerza si cabe. De esa manera emplea temas de películas como La batalla de Argel, Amanecer zulú, El Álamo o El beso de la pantera(de esta última recoge el tema que David Bowie compuso para el remake que Paul Schrader realizó del clásico de Jacques Tourneur) logrando que éstas encajen sin desentonar en ningún momento con las imágenes a las que acompañan. La música, la Historia, la 2ªGuerra Mundial, son objetos maleables en las manos de Tarantino porque como bien decía Stanley Donen el cine es una mentira a 24 fotogramas por segundo, y los cuentos, cuentos son,...¡érase una vez...!


Malditos bastardos
País: Estados Unidos, Alemania y Francia
Año: 2009
Título original: Inglorious basterds
Intérpretes: Brad Pitt, Diane Kruger, Melánie Laurent, Christoph Waltz, Daniel Brühl, Eli Roth, Til Schweiger, Gedeon Burkhard, B.J.Novak, Omar Doom, Mike Myers, Julie Dreyfus, Rod Taylor.
Guión: Quentin Tarantino
Fotografía: Robert Richardson
Producción: Zehnte Babelsberg Film, Band Apart Productions, Weinstein Co, Universal Pictures
Productor: Lawrence Bender
Director: Quentin Tarantino

12 comentarios:

Etrigan dijo...

Pues a mí esta película me pareció una esupidez y un desatino..., divertido sí, pero desatino...

David dijo...

Pues yo no la he visto todavía. Joder! Al final se me pasó. Le dije a mi hijo de ir a verla juntos y me dijo que prefería ir con sus amigos. A él le encantó. Lo que he aprendido con esta pelicula sin necesidad de verla es que soy demasiado viejo y doy vergüenza ajena para un crío de 14 años, y más si es mi hijo.

JON OSTERMAN dijo...

Excelente disección.
Al contrario de Entrigan, creo que estamos ante uno de los mejores films estrenados este año.
Tarantino demuestra una vez más que va por libre, y hace realmente lo que le viene en gana, impartiendo clases de su enorme cinefilia.

Jaime Sirvent dijo...

Etrigan, bueno, es que es eso, es una película que cabalga dentro de esa fina línea que separa lo que a unos puede gustarles mucho y a otros nada, con Tarantino no hay término medio, y con esta película menos.

Bruce dijo...

A mí también me gustó mucho, sí, sí, sí...

Jaime Sirvent dijo...

Osterman y Bruce, totalmente de acuerdo, a mí me encantó también,xD

Jaime Sirvent dijo...

David, yo porque todavía no tengo hijos, pero si no me pasaría lo mismo, aunque bueno, uno de mis mejores amigos tiene 22 años, eso me rejuvenece,xD.

atikus dijo...

Pase un buen rato viendo la peli, dentro de la onda del director, me parecio muy interesante la música, me choco, dentro ya que en esa historia de la segunda guerra mundial parecia que no cuadraba..pero quedaba o a mi me resulto muy interesante.
Me gusto, me resuló entretenida.

Saludos

Jaime Sirvent dijo...

Atikus, tú lo has dicho, entretenimiento puro, saludos.

Etrigan dijo...

Pues eso, para pasar el rato y disfrutar de algun dialogo ingenioso. Pero el conjunto torpe...

Jacobo Rivero dijo...

A mí me pareció muy buena, y efectivamente el principio es absolutamente sublime. Eso sí, hay que verla en versión original porque los lenguajes son parte de la trama.
Muy recomendable.

Jaime Sirvent dijo...

Muchas gracias, sí,cierto, lo que comentamos anoche,xD.