martes, 17 de noviembre de 2009

El graduado


Indudablemente, el cine, al igual que otras artes como puedan ser la literatura o el cómic(esos monigotes según algunos), es fruto de la época en la que es realizado, y son precisamente las características atemporales que puedan tener los libros, los tebeos o las películas las que propician que todos estos puedan o no pasar a la historia, haciéndolos de esa manera inmortales. En el caso de El graduado esto no es ninguna excepción, ya que la cinta de Mike Nichols es fruto de un momento coyuntural concreto, el de finales de los 60 con la revolución del 68, el verano del amor, las drogas, la liberación sexual, las luchas por los derechos civiles, y sobre todo y fundamentalmente el choque generacional que todo eso implica, y que a su vez no es algo que sea únicamente propio de esa época, ya que luchas y choques entre padres e hijos los ha habido y los habrá siempre.


Como bien saben todos aquellos que la hayan visto, El graduado nos cuenta la historia de un joven que ha acabado sus estudios y vuelve a casa con sus padres sin tener absolutamente nada claro lo que quiere hacer a partir de ese momento con su vida; algo que por otro lado nos ocurre o nos ha ocurrido a todos a lo largo de nuestra existencia. El aislamiento, la soledad, el tedio y sobre todo el enorme sentimiento de extrañamiento y de alienación que siente el personaje de Ben Braddock, interpretado magistralmente por Dustin Hoffman, no son algo que por desgracia nos pueda resultar ajeno.


Independientemente del excelente trabajo de Dustin Hoffman, de la magnífica interpretación de Anne Bancroft, del milimétrico guión firmado por Buck Henry(¿Qué me pasa, doctor?) y Calder Willingham en el que se introducen pequeños toques de comedia que contribuyen sobremanera a relajar la tensión de una historia tan claustrofóbica a nivel emocional, o de la inclusión de los inmortales clásicos de Simon y Garfunkel; en mi opinión la gran baza artística de El graduado se encuentra en el excelente trabajo de realización que efectúa Mike Nichols consiguiendo representar visualmente de manera exquisita toda esta angustia y opresión existencial que mencionaba unas líneas atrás.


Ya desde la secuencia inicial en el interior del avión en la que en principio vemos un primerísimo plano de la cara totalmente ida y absorta de Dustin Hoffman para poco después alejarse la cámara y mostrarnos al resto del pasaje hablando y cuchicheando mientras nuestro protagonista permanece totalmente sumido en sus pensamientos. Únicamente con esa breve secuencia Nichols nos presenta de forma absolutamente efectiva toda la angustia que iremos viendo a lo largo del metraje de la película. Los propios títulos de crédito, con ese plano lateral en el que vemos a Dustin Hoffman desplazándose por la cinta deslizadora del aeropuerto con la mirada absolutamente perdida, mientras nosotros escuchamos la maravillosa The sound of silence de Simon y Garfunkel, son un magnífico ejemplo de como se puede mostrar dicha angustia en un solo plano.

El espectador también puede apreciar el buen hacer de Mike Nichols tras la cámara en todas las secuencias de la fiesta de bienvenida que recibe nuestro protagonista por parte de sus padres, en las que Nichols filma a Hoffman prácticamente en primer plano, mientras vemos como le llegan sucesiva y de forma alterna numerosos invitados para felicitarle o para plantearle cuestiones sobre su futuro; de esta forma, dejando tan poco espacio dentro del plano, Mike Nichols consigue transmitir al espectador esa sensación de opresión y de enclaustramiento que vive el personaje. Otro clarísimo ejemplo de como Nichols logra expresar dicha sensación es en la secuencia en la que Hoffman viste un traje de buzo y es exhibido de esa guisa por sus padres ante sus propios amigos, ignorando por completo las quejas de su hijo. El ahogamiento del personaje se explicita de forma evidente en el momento en el que Nichols filma desde el punto de vista de Hoffman a través del casco de buzo, encontrando curiosamente su refugio cuando se sumerge en la piscina.


Otro momento absolutamente sublime y plenamente icónico de la película es la secuencia en la que oímos por segunda vez The sound of silence, y también April come she will de Simon y Garfunkel, mientras vemos al personaje de Dustin Hoffman nadar en la piscina, salir de ella, entrar en una casa donde "folla" con la señora Robinson, volver a la piscina, volver a conocer bíblicamente a la señora Robinson, y así sucesivamente con ese punto culminante que supone verlo abalanzarse sobre la colchoneta que inmediatamente después se convertirá en la señora Robinson. De esta forma, Nichols en tan solo unos minutos y apoyándose en las brillantes composiciones de Paul Simon consigue mostrarnos de una forma brillante y económica la rutina que lleva el personaje protagonista durante todas esas semanas, de la piscina a la señora Robinson y vuelta a empezar.


Otros momentos del film en los que Mike Nichols muestra una brillantez que no le he vuelto a ver en otros trabajos(he de reconocer, en honor a la verdad, que me faltan muchas películas de este hombre por ver), es la secuencia en la que Ben Braddock(Dustin Hoffman) va a recoger por segunda vez a Elaine(Katharine Ross),la hija de la señora Robinson(Anne Bancroft). En esa secuencia vemos en primer lugar un primer plano de Hoffman en el interior del coche mientras espera bajo la lluvia a que Elaine baje, sin embargo la que aparece es la señora Robinson, a quien vemos al otro lado de la ventanilla amenazar a Ben con revelarle su anterior affair a su hija. Hoffman sale disparado del coche corriendo hacia la casa bajo la lluvia para hablar con Elaine, una vez consigue llegar hacia ella le dice aproximadamente"¿recuerdas la mujer casada con la que tuve relaciones?, pues verás, Elaine..."; en ese momento Nichols culmina la secuencia con un plano maravilloso en el que vemos la siguiente composición: Hoffman de espaldas en primer término, Katharine Ross en medio mirando perpleja y estremecida, mientras la puerta se abre justo a continuación y vemos a la señora Robinson totalmente empapada y su rostro totalmente afectado, es en ese momento y merced al juego de miradas entre Anne Bancroft , Dustin Hoffman y Katharine Ross, cuando esta última deduce que la amante de Ben era su propia madre y rompe a gritar histéricamente. Mike Nichols consigue resolver con una narrativa eminentemente cinematográfica, basándose únicamente en el lenguaje de la imagen, una situación que otros directores más ramplones y menos imaginativos hubieran resuelto con una larguísima perorata por parte de los tres personajes implicados.



Indudablemente, El graduado es una película repleta de momentos cinematográficamente brillantes desde el punto de vista de la dirección, pero no por ello debemos obviar la excelente interpretación de Anne Bancroft como la señora Robinson, y en especial la de Dustin Hoffman como Ben Braddock. En la novela homónima escrita por Charles Webb se describía a Braddock como un tipo rubio de 1,80; por ese motivo se pensó inicialmente en Robert Redford para el papel, aunque como bien sabemos al final el rol de Braddock le fue otorgado a Dustin Hoffman, quien supo convertir lo que aparentemente, y a tenor de lo descrito en la novela, era un error de casting en un acierto absolutamente brutal consiguiendo que absolutamente nadie eche de menos en ningún momento a cualquier otro actor en el papel. Dustin Hoffman consiguió aprovechar su físico de hombre común de la calle para insuflarle una mayor apariencia de fragilidad a su personaje, lo cual contribuyó a hacer mucho más creíble al espectador su estado de indefensión y de extrañeza continuos ante las personas y las situaciones que le rodeaban.


La banda sonora de Simon y Garfunkel estaba compuesta de canciones ya existentes como The sound of silence, April come she will, Scarborough fair o The big bright green pleasure machine, con la salvedad de Mrs.Robinson, que fue compuesta expresamente para la ocasión, aunque en la película únicamente aparecen versiones inacabadas de la misma, ya que no fue hasta después del estreno que Paul Simon grabó la canción completa y la comercializó como single. Indudablemente las canciones de Simon y Garfunkel son una de las señas de identidad más ineludiblemente inconfundibles de la película de Mike Nichols, y una de las cosas qué más se recuerdan de una cinta plagada de aciertos cinematográficos de los que tienen no poco mérito las canciones, como bien se puede apreciar cuando Dustin Hoffman va conduciendo al ritmo de Mrs.Robinson y el coche va parándose poco a poco al quedarse sin gasolina, mientras la propia canción va parando poco a poco, o en las sucesivas veces en las que suena The sound of silence a lo largo del metraje, destacando sobre todo su uso al principio y al final quedando como un momento de paz y de calma después de la turbulenta huída de la iglesia en otra secuencia magistral que ha quedado para la historia como una de las más representativas de la película.


Por todo lo anteriormente expuesto y por muchas cosas más, El graduado es sin duda, no sólo un clásico de su tiempo, sino también del nuestro.


El graduado
Título original: The graduate
País: Estados Unidos
Año: 1967
Intérpretes: Dustin Hoffman, Anne Bancroft, Katharine Ross, Brian Avery, William Daniels, Elizabeth Wilson, Walter Brooke, Norman Fell, Richard Dreyfuss, Buck Henry
Guión: Calder Willingham y Buck Henry, basado en la novela homónima de Charles Webb.
Música: Simon y Garfunkel, y Dave Grusin
Fotografía: Robert Surtees
Productora: Universal Pictures
Productores: Joseph E.Levine, Mike Nichols y Lawrence Turman
Director: Mike Nichols

10 comentarios:

desconvencida dijo...

Vaya post has hecho sobre la película, estupendo... te recomiendo que leas la novela de Charles Webb, la película es bastante fiel al libro...

Qué angustiosa es la escena del buzo...

jose luis povo dijo...

Fantástico post sobre El Graduado. Yo la vi hace ya muchos años,pero me acuerdo de ella cada vez que escucho el inolvidable tema de Simon y Garfunkel. Saludos.

WODEHOUSE dijo...

La he visto muchas veces y en todas también siento esa misma angustia. es gracioso, años atrás Anne bradford me parecía una anciana casi y me caía mal, me parecía una fresca que corrompía menores. Ahora me parece un bellezón de mi edad, interesante y me identifico mucho con su situación.
Tienes razón al decir que de un error por dar el papel de un rubio guaperas a un tipo insignificante se produce un enorme acierto. Le da mucha más credibilidad esa vulnerabilidad y falta de seguridad, tan dubitativo. Un joven al que le falta consistencia y carácter y es carne de cañón fácil. Lo borda. Tiene mucho esta película de cine de autor, con esos movimientos de cámara, escenas que se dibujan sin diálogos, solo con música o el momento clave de la madre, la hija y el chico, donde las palabras estorbarían un montón y por mucho que se diga no hay mejor manera de resolver la escena que esa. muy buen post.un beso.

Etrigan dijo...

Magnífico post. A mí siempe me ha gustado eta película, aunque hay muchas voces que la han tildado de demasiado coyuntural o hija de su tiempo. Es cierto que la pelí es muy de los 60 tanto en su temática como en su estética, pero ceo que la labor de los actores y del director hacen de ella un auténtico clásico.

atikus dijo...

Estupendo post, sobre una estupenda película; ...una de mis favoritas,por todo desde la magistral actuación del jovencisimo e inexperto Dustin Hofman, hasta la excelente música de los Simon y Garfunkel, pasando por la actuación de Anne Bancroft...

Una peli para la historia, que no pasa de moda ;)

saludos

Jaime Sirvent dijo...

Desconvencida, muchas gracias, tomo nota de la novela.

Buff, sí, es muy angustiosa, la verdad.

José Luis, muchas gracias. Simon y Garfunkel son mágicos,¿a que sí?.Saludos.

Jaime Sirvent dijo...

Wodehouse, la percepción sobre las obras de arte cambia mucho con el tiempo y con el período personal en el que nos encontremos, eso hace que podamos encontrar nuevas lecturas diferentes a las originales que hiciemos en su momento, dependiendo de la etapa vital que estemos atravesando.

Con respecto a que la imagen resuelve muchas veces mejor las cosas que las palabras es normal, no debemos olvidar en ningún momento que el cine es un arte eminentemente visual, me alegro de que te haya gustado, un beso.

Jaime Sirvent dijo...

Etrigan, yo también creo que la peli tiene muchos puntos de interés que la convierten en un clásico, es una película que ha trascendido su tiempo, sin duda alguna.

Atikus, totalmente de acuerdo con lo que dices, todo un clásico, saludos.

johnphillips1981 dijo...

Si soy sincero casi que me gusta más la banda sonora que la peli. Eso sí, creo que también la música de David Grusin debe ser mencionada.

Jaime Sirvent dijo...

Tienes toda la razón con lo de la música de Dave Grusin, ha sido la gran olvidada del post, pero es que claro, ya eran muchas cosas. Además en el disco de la banda sonora luce de forma excelente, son composiciones de mucho valor, un abrazo.