sábado, 29 de diciembre de 2007

Madame de... (Max Ophüls)(1953)


El hastío, la comodidad aburrida, la vida frívola y falsa son sacudidos de repente por el amor , la pasión y por el drama. Ésto es lo que podréis encontrar si os acercáis a una película como Madame de..., penúltima de su realizador Max Ophüls.

Ophüls fue un director alemán que repartió su carrera entre Alemania, Francia , Estados Unidos y en menor medida Italia. Huyó a Francia con el advenimiento del nazismo; escapó de Francia antes de la ocupación y recaló en Estados Unidos con la esperanza de seguir trabajando, algo que tardó en conseguir durante bastantes años, aunque contara con el apoyo de ilustres colegas como Preston Sturges que consiguieron introducirle en el ámbito laboral hollywoodiense de la época; para posteriormente culminar de nuevo su carrera en Francia.

Entre sus películas más destacadas tenemos La mujer de todos(1934), Carta de una desconocida(1948)-basada en el cuento homónimo de Stefan Zweig, Almas desnudas(1949), La ronda(1950), El placer(1951), Lola Montes(1955)-que fue su última película-y Madame de... (1953), la película que ahora nos ocupa.

Igual que dije en mi post anterior sobre el último tomo de Leyendas de Batman realizado por Matt Wagner, la historia aquí es lo de menos. De acuerdo, es importante, no es una gilipollez de historia , pero no es ella la que realmente marca la diferencia por sí misma, sino la excelente interpretación de los actores protagonistas (Charles Boyer, Danielle Darrieux y Vittorio DeSica) y sobre todo la puesta en escena del gran Max Ophüls, ese auténtico orfebre del travelling y del plano secuencia que era capaz de filmar con elegancia aquello que para otros era una misión imposible.

Max Ophüls junto a la protagonista Danielle Darrieux en un momento del rodaje


La película fue acusada en su momento de exceso de decoración y elaborado estilo, a lo que Ophüls dijo lo siguiente: " La historia de una película es una criba . Me resulta difícil escribir sobre ello, porque si uno define algo lleno de secretos, su belleza puede ser destruida... Los maestros de nuestra profesión, René Clair o Jean Renoir, por ejemplo, Jacques Becker en sus últimos trabajos, o John Ford en muchas de sus películas iniciales , en sus mejores momentos de "discernimiento" trascienden tanto la estructura dramática como el diálogo, y crean un nuevo tipo de tensión que creo que nunca ha existido en cualquiera de las otras formas de expresión dramática: la tensión de la atmósfera pictórica y de las imágenes en movimiento ...¿dónde llegaría la gente como nosotros si no pudiéramos entusiasmarnos? Si mi exagerada aseveración sobre esto sólo tiene un resultado - provocando el deseo de ver- entonces no habrá sido en vano, ya que el deseo de ver debería ser la fuerza motriz en mi película . Si este deseo es puro y fuerte e inflexible y renace cada vez , entonces puede conducir a flimar la historia . La persona que realmente puede dejar que este sentimiento crezca en su interior es alguien que ve y por tanto un poeta del cine". En fin , amigos, ya lo veis ; la historia está ahí pero siempre estará por encima de ella la forma de contarla.

Madame de...
Año: 1953
Intérpretes: Danielle Darrieux, Charles Boyer, Vittorio DeSica, Jean Debucourt, Lia de Lea, Mireille Perrey.
Guión: Marcel Achard, Max Ophüls y Annette Wademant basado en la novela de Louise de Vilmorin.
Fotografía: Christian Matras en Blanco y negro.
Música: Georges Van Parys y Oscar Strauss
País: Francia/Italia
Director: Max Ophüls

4 comentarios:

J.M.Martinez dijo...

Genial película! Estoy de acuerdo contigo. Ophüls es, quizás junto a Dreyer, Ford, Ozu y Renoir, un maestro de la planificación de secuencias.

Jaime Sirvent dijo...

La lástima es que es quizás el menos reconocido de todos los que has mencionado. Aunque poco a poco va alcanzando el reconocimiento que merece

alicia dijo...

Maravillosa película , aunque mi favorita sigue siendo Carta de una desconocida, pero ésta también me encanta, y personalmente me gusta mas que Lola Montes. Perfecto trio protagonista, maduritos pero llenos de encanto. El gran delito de Madame de... no es tener un amante, ya que su clase permite ese tipo de devaneos y su marido lo consiente; lo que no permite es que se enamore de él

Jaime Sirvent dijo...

Muchas gracias por pasarte Alicia, y si, tienes toda la razón en lo último que dices. Lo que realmente es delito en su clase social es enamorarse, éso es lo que está prohibido.

A mí me pasa igual, me gusta más esta película que Lola Montes, aunque también me gusta bastante, Carta de una desconocida hace bastante que no la veo.