Aunque tanto el cine, como la literatura y los cómics sean narración, o al menos una parte importante de ellos, ya que no sería justo obviar ni el lado lírico, ni el descriptivo que también poseen dichas disciplinas artísticas, sus lenguajes y sus modos de expresión son muy distintos entre sí con lo que es muy usual que surjan problemas a la hora de adaptar una determinada historia que haya triunfado en un medio a otro totalmente distinto. Por un lado, uno de los grandes problemas es el de la fidelidad o no hacia lo narrado en el medio de origen, y por otro el hecho de que por un exceso de mimetismo con el medio de partida se pierda la esencia de lo que debería entenderse como adaptación; en concreto, estoy pensando en Watchmen, la versión cinematográfica de Zack Snyder sobre el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons, y en cómo el deseo de ser fiel a la obra original puede llevar a que se pierdan por el camino las señas de identidad que toda obra debería tener, o dicho en otras palabras ese sello genuino que bien podríamos calificar como alma y corazón.
En el caso de las adaptaciones de cómics de superhéroes, tanto de Marvel como de DC, los aficionados nos solemos llevar las manos a la cabeza cuando la fidelidad hacia lo narrado originalmente en los tebeos se ve vulnerada. En ese sentido nos suele escandalizar bastante ver por ejemplo a un Kingpin negro, que en la trilogía de X-Men las generaciones de mutantes se mezclen sin ton ni son, o que en el caso de Iron Man 3 la utilización que se haga de un villano como el Mandarín o del virus Extremis no sean muy fieles,por decir algo, a sus originales tebeísticos; cuando lo que realmente debería importar es, independientemente de la fidelidad o no, si se ha conseguido realizar una buena película, y sobre todo si ésta consigue funcionar por sí misma y no como remedo sin alma de una sacrosanta e invulnerable obra original.
Vaya por delante que Iron Man 3 me ha parecido con diferencia, al menos después de este primer visionado, la mejor película de la trilogía de Iron Man, ya que si la primera en principio no me gustó todo lo que esperaba sí que en posteriores visionados me ha parecido una estupenda película, y que la segunda(hasta que la vuelva a ver y pueda o no cambiar de opinión) me parece hasta la fecha el peor film de todos los que se han hecho dentro todo lo que tenga que ver con Los Vengadores. Iron Man 3 se trata por tanto de un film intimista, mucho más una película de Tony Stark que de Iron Man, y de una deconstrucción del superhéroe mostrándolo como un ser humano vulnerable y con pies de barro al que salvar el mundo puede dejarle con un estrés postraumático difícil de superar, ya que por encima de todo un superhéroe no deja de ser una persona con inseguridades y susceptible de sufrir a causa de ellas.
La cinta tiene en todo el momento el nivel de seriedad que de un tiempo a esta parte está impregnando al género en el cine desde el estreno de la trilogía de Batman de Christopher Nolan, pero sin perder en ningún momento el humor y el sentido del espectáculo que han hecho de Iron Man y de Los Vengadores un valor seguro en cuanto a cine de entretenimiento de calidad; y al igual que en entregas anteriores Robert Downey Jr se come la pantalla y demuestra haber nacido para interpretar al personaje de Tony Stark, aunque su Tony sea más humorístico y tenga un punto de irresponsabilidad del que carece el personaje en el cómic, pero como ya decíamos antes, medios distintos, concepciones y enfoques diferentes.
Uno de los puntos de mayor disensión entre los aficionados al cómic que han visto la cinta es, como ya mencionábamos con anterioridad el uso que se hace de un villano como El Mandarín, o más bien deberíamos decir la falta de uso que se hace de este villano como tal, mucho más cercano a un Osama Bin Laden de paja que a la temible némesis del Vengador Dorado que desarrollaron con buen criterio guionistas como David Michelinie o Kurt Busiek. Sin embargo, los responsables de la película con el director Shane Black a la cabeza consiguen plantear una interesante trama en la que aparece reflejado el problema del terrorismo y la obsesión estadounidense por la seguridad, generada desde los atentados del 11 de septiembre y alimentada con los últimos atentados ocurridos en los últimos meses. Por lo tanto, en ese sentido, y por lo que a un servidor respecta, se trata de unos cambios que aportan elementos de interés y que contribuyen a crear una buena película.
Por último, el trabajo de los actores, con Robert Downey Jr a la cabeza resulta bastante efectivo, tanto en el caso de los habituales Gwyneth Paltrow y Don Cheadle, como de Rebecca Hall, Ben Kingsley, y Guy Pearce, confirmándose definitivamente el mimo en la elección del reparto a la hora de interpretar a los villanos que ha sido seña de identidad de la saga de Iron Man. Tradición iniciada con la elección del mítico Jeff Bridges, continuada con Mickey Rourke y finalizada con unos intérpretes tan carismáticos como Kingsley y Pearce. En definitiva, un gran entretenimiento, una reflexión sobre el lado humano del superhéroe, una película intimista, una historia de amor y un gran espectáculo; elementos todos ellos que me llevan a rezar para poder seguir viendo a Robert Downey Jr incorporando a Tony Stark tanto en Iron Man 4, como en Los Vengadores 2.
Iron Man 3
Año:2013
País: Estados Unidos
Título original: Iron Man 3
Intérpretes: Robert Downey Jr, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Ben Kingsley, Guy Pearce, Rebecca Hall, James Badge Dale, Stephanie Szostak, Ty Simpkins, Wang Xueqi, Jon Favreau, William Sadler, Miguel Ferrer.
Guión: Shane Black y Duane Pearce
Música:Brian Tyler
Fotografía: John Toll
Productora: Marvel Studios/Disney
Director: Shane Black
2 comentarios:
Pero fíjate hermano. que la primera de la saga -y la única que he visto- me pareció muy buena. Aquí vale la pregunta ¿Crees que pueda ver la tercera película sin ver la segunda y sin que eso influya en mi percepción de la saga?
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