domingo, 10 de abril de 2011

The Electric Light Orchestra: A new world record(1976)

Cuando Roy Wood y Jeff Lynne, allá por el año 1971, transmutaron el nombre de su banda, The Move, por el de The Electric Light Orchestra, poco pudieron imaginar que el proyecto tal y como fue concebido en origen moriría después de un disco. Sí que es cierto que el grupo continuó durante bastantes trabajos más, y que grabarían discos notables, pero, tras la marcha de Roy Wood, perdimos la oportunidad de disfrutar de esa banda que pretendía aunar el pop con la música clásica, o en otras palabras, continuar allí donde Los Beatles lo habían dejado con I am the walrus.


El sonido de la banda de Jeff Lynne, ya sin Roy Wood, y con el primero como cantante, guitarrista, compositor, productor y arreglista fue evolucionando desde estos orígenes progresivos que tuvieron cierta continuación en trabajos como The Electric Light Orchestra 2, On the third day y Eldorado, hasta trabajos en los que poco a poco lo progresivo fue dejando paso al pop, o lo que es lo mismo, pasaron de pretender continuar donde Los Beatles lo habían dejado con I am the walrus, a nivel de experimentación, a realizar trabajos en el que los instrumentos sinfónicos estaban al servicio de la más ortodoxa melodía pop de la que Los Fab Four han sido uno de sus máximos representantes.


Para entender A new world record hay que situarse en esta premisa. Lynne después de haber querido llevar la música beatle más allá, decide volver sobre sus pasos, eliminando a su vez a John Lennon y George Harrison de la ecuación, y si haces algo así, únicamente te queda Paul McCartney. El presente álbum se puede decir que es una carta de amor a la música del líder de los Wings, aderezada con esos instrumentos clásicos tan caros al señor Lynne que también son tan queridos por sir Paul.


Desde el rock&roll de Do ya, hasta esa fusión entre aria operística y rock que es, como su propio título indica, Rockaria, pasando por baladas como Telephone line y Shangri-la, y llegando a maravillas de pop vitalista con enjundia melódica como por ejemplo Tightrope, So Fine, Above the clouds, o la archiconocida Livin' thing. A new world record es una demostración de como la influencia de un músico excepcional, y la asimilación de esas enseñanzas previas por parte de otro, unidas a su propia personalidad, pueden dar lugar a un sentido homenaje a la música de Paul McCartney sin perder la identidad por el camino.


A partir de su siguiente trabajo, Out of the blue, este pop mccarniano made in ELO se iría perdiendo en favor de la aparición de ritmos discotequeros tan en boga a finales de los 70 que tuvieron su culminación en un disco como Discovery. Por tanto, A new world record queda para la historia como un trabajo macalynneano puro, que muy probablemente no se hubiera llegado a gestar de haber continuado Roy Wood en la banda, aunque esto no es más que un What if. Disfrutemos por tanto de este trabajo.

6 comentarios:

johnphillips1981 dijo...

Ya sabes que la ELO no me mata, pero he de reconocer que este disco tiene algún que otro tema sensacional: "Telephone Line", "So Fine" o "Do Ya". Me gusta este discos.

Abrazos.

Jaime Sirvent dijo...

Coincidimos en la apreciación del disco, es bastante bueno y accesible, y esos temas que dices están muy bien.

Abrazos.

Bruce dijo...

¡I am in fire, Baby! It's a livin' thing, paraparaparapa..

Jaime Sirvent dijo...

TEMAZOOOO

David dijo...

maccalyneano... menudo neologismo.
A mí me gusta la ELO (no me matan, como a johnphillips...pero me gustan bastante)
Y coincido contigo y con Bruce en que eso es un temazo (y tienen muchos).
Un saludo.

Jaime Sirvent dijo...

A que te ha gustado?, jeje.

Temazo, la verdad, donde los haya, un abrazo.