miércoles, 23 de febrero de 2011

Superman

Cuando los hermanos Salkind decidieron, a finales de la década de los 70, llevar a cabo el proyecto de realizar una película sobre Superman, las adaptaciones de cómics realizadas hasta el momento no habían tenido una gran sustancia, quizás con la salvedad de El príncipe Valiente(Henry Hathaway)(1954), y por lo general eran escasas, nada que ver con los tiempos actuales en los que éstas proliferan con asiduidad. Además, el principal defecto que éstas atesoraban era la de su excesiva deuda con la estética camp y con la pretensión de reproducir en la gran pantalla efectos propios del cómic tales como onomatopeyas y un tono excesivamente paródico que hacían un flaco favor al noveno arte, no hay más que recordar la serie televisiva de Batman para darse cuenta de ello. En la gestación de Superman, hubo varios factores que propiciaron que esta película sea algo totalmente diferente a lo que se había realizado hasta entonces en materia de adaptaciones del cómic al cine. En primer lugar, el fichaje de Mario Puzo para configurar una historia tan rica que posibilitaría la realización de dos películas que se rodarían simultaneamente. Posteriormente y atraídos por la estela de Mario Puzo, los Saskind pudieron contratar a Marlon Brando y a Gene Hackman para interpretar respectivamente los papeles de Jor-El y Lex Luthor, con lo que sus nombres dieron legitimidad al proyecto. Pero no fue sino el azar, el que quiso que Guy Hamilton(el director inicialmente previsto para el proyecto) dejara paso a Richard Donner, y esto último fue absolutamente clave para que el rodaje tomara forma hasta llegar a ser la obra que es hoy en día. Donner, que venía de realizar un clásico como La profecía, leyó el tratamiento del guión que Leslie Newman y Robert Benton habían realizado de la historia inicial perpetrada por Mario Puzo, y contactó con Tom Mankiewicz(sí, el hijo del realizador de Eva al desnudo) para que le diera una pátina de veracidad y de verosimilitud a la historia, en otras palabras que eliminara de la misma el tono autoparódico que podía leerse en sus páginas, para insuflarle seriedad al proyecto.



Precisamente, ésa fue la obsesión de Donner durante todo el rodaje, la verosimilitud, hasta el punto de que tenía en su casa enmarcado un dibujo de Superman con un bocadillo en el que se podía leer la palabra, y todo ello se nota en el resultado final del film. Uno de los muchos aciertos que tuvo Donner a la hora de ir construyendo la película fue el de conseguir la combinación justa entre grandes estrellas, muchas de ellas en papeles pequeños, como Trevor Howard, Glenn Ford, Marlon Brando, Terence Stamp, Maria Schell o uno de los niños prodigio del cine clásico, Jackie Cooper; y actores desconocidos como Christopher Reeve y Margot Kidder, quienes se revelaron como unos inmejorables Superman y Lois Lane.



La película de Richard Donner, al igual que la vida del propio Hombre de Acero, se divide en tres actos bien diferenciados que podríamos llamar con los nombres de Krypton, Smallville y Metrópolis. La primera parte ambientada en Krypton, es la más teatral del film, y posee un innegable trasfondo de tragedia griega, tanto por temática(el trágico destino final, la imposibilidad, sobre todo en el caso de Jor-El, de alterarlo...) como por estética. Krypton es una civilización milenaria que se nos presenta en toda su pompa y gravedad, muy similares a la del Imperio Romano, con un Consejo que es el que toma las decisiones, al igual que ocurría en la Antigüedad. Por ejemplo, en la secuencia en la que se juzga al general Zod(Terence Stamp) y sus secuaces por sus crímenes, vemos como el jurado emite su veredicto, y se nos aparecen los rostros aumentados de los miembros del Consejo en medio de la oscuridad repitiendo la palabra CULPABLE que recuerdan vagamente el Coro de una tragedia griega. Además, Donner tuvo el buen gusto de escoger a veteranos actores europeos clásicos, como la alemana Maria Schell, los británicos Trevor Howard y Susannah York(en el papel de Lara, la madre de Kal-El), y por supuesto Marlon Brando, muy probablemente el más europeo de los actores americanos, con lo que se reforzaba todavía más el trasfondo de teatro clásico que posee la parte kryptoniana del film.



El origen de Superman, como así dispusieron sus creadores Jerry Siegel y Joe Schuster, posee unas resonancias bíblicas evidentes, y su viaje recuerda tanto a Moisés como al propio Jesús, ya que la llegada de Kal-El a la Tierra es como la arribada de un mesías al que, a diferencia de lo que ocurría en la Biblia, no se le espera, pero cuyo destino es el de convertirse en un salvador de la humanidad. La idea de viaje se encuentra presente tanto en los cómics del personaje como en el film de Donner, que filma al bebé Kal-El en primerísimo plano mientras atraviesa el espacio y escucha de forma subliminal grabaciones con la voz de su padre en las que le habla de conceptos científicos tanto terrestres como kryptonianos.


Una vez transcurrido el interludio que supone el viaje entramos de lleno en el segundo acto de la película: Smallville, o lo que es lo mismo entramos en la adolescencia del personaje. Nos encontramos en los años 50, como podemos deducir por el hecho de que en la radio de los compañeros de instituto de Clark suene el Rock around the clock de Bill Haley and his comets, en un pueblo ficticio de Kansas(Estados Unidos), y eso se traduce en grandes paisajes agrícolas, campos de trigo y mucha, mucha luz. En esta parte de la película brilla con luz propia la elipsis, ya que vemos como el matrimonio Kent, interpretado por Glenn Ford y Phyllis Thaxter, encuentra la nave del niño Kal-El, para después ver como el joven Clark se desenvuelve en Smallville ocultando su secreto, y como su padre terrestre le hace ver que él está ahí para algo mucho más grande que presumir y alardear de sus poderes ante la gente. De esta forma, con tan solo unas pocas pinceladas el espectador puede sentir la importancia de sus padres terrestres en la humana formación del futuro Superman.



Metrópolis es por tanto, el tercer y más importante acto de la película, y por tanto, el más largo con diferencia, ya que supone obviamente el cuerpo de la misma, y es la parte del film en la que Clark/Superman y Lois Lane dominan las operaciones. La búsqueda de dos actores que pudieran encarnar tanto a Superman como a Lois Lane supuso la mayor dificultad para los responsables del casting de la película. En el caso del papel de Superman se pensó en actores como Paul Newman o Robert Redford, pero aunque como todos sabemos son intérpretes excepcionales, por rasgos físicos no daban la talla como Superman, y a su vez también se pensó en desconocidos. El problema es que muchos de estos se parecían al Último Hijo de Krypton pero no sabían interpretar, así que el problema era que o bien, se disponía de grandes actores que en palabras del propio Richard Donner"eran incapaces de volar" o bien, se disponía de tipos que no eran actores. En ese sentido la aparición de Christopher Reeve fue una auténtica bendición del cielo, y nunca mejor dicho. Físicamente daba la talla como Superman, verlo es simplemente ver al Hombre de Acero, y a nivel de interpretación supo salir perfectamente airoso del doble reto que suponía interpretar a Superman y a Clark Kent. Para interpretar al primero, en las secuencias de vuelo, se sirvió de su propia experiencia como piloto de vuelo sin motor, para dar verosimilitud(esa palabra que le gustaba tanto a Richard Donner) a las escenas aéreas, ya que no se limitaba a estar ahí, sino que se deslizaba en el aire e interpretaba mientras volaba; y para interpretar al segundo tomó la influencia del Cary Grant(reconocido por el propio Reeve) de películas como La fiera de mi niña para construir un personaje tímido, inseguro y apocado. Reeve adopta diferentes gestos corporales y tonos de voz para interpretar ambos papeles consiguiendo parecer dos personas absolutamente distintas, así, si para interpretar a Superman su voz es segura y firme, para interpretar a Clark ésta se vuelve insegura y tartamuda.


Para interpretar a Lois Lane se eligió a la desconocida Margot Kidder dentro de un elenco de actrices que incluía a Anne Archer, Stockard Channing y Lesley Ann Warren entre otras, y después de haber tenido la oportunidad de ver las pruebas que se llevaron a cabo para elegir a Lois Lane, no puedo estar más de acuerdo con los responsables de la película en la idoneidad de la elección de miss Kidder para el papel, ya que donde Archer y Channing resultaban únicamente pulcras y Warren sobreactuada, Kidder demostró que ella era Lois Lane desde el primer momento. Indudablemente, el buen tino mostrado por los responsables del film en la elección de los actores fue una de las claves de su éxito, pero también lo fueron sin duda, el guión en el que trabajaron Mario Puzo, Leslie Newman, Robert Benton y Tom Mankiewicz, y la excelente dirección de Richard Donner como demuestran secuencias míticas como las de la presentación de Superman con el primer rescate a Lois Lane, la del terremoto o la del vuelo de ambos personajes. Esta última es todo un clásico y es un prodigio tanto de guión como de dirección, desde la entrevista que Lois le hace a Superman, en la que se entremezclan las líneas de diálogo propias de la entrevista con el inicio el tonteo amoroso entre los dos personajes(el color de la ropa interior de Lois, que sea rosa, ¿le gusta el rosa?), hasta la propia antesala del vuelo en la que Lois hace referencia a Peter Pan. Esta comparación con Peter Pan no es casual, ya que por un lado el vestido que lleva Lois Lane recuerda vagamente al que lleva Wendy en la película de animación de Walt Disney, y por otro ella es como una niña dando la mano a un dios(según sus pensamientos expresados en voz en off) mientras vuela con Superman.



En definitiva, y por no extenderme durante más tiempo, aunque sería una película de la que podría hablar horas y horas, Richard Donner y su equipo consiguieron la difícil tarea de realizar la que fue, no solo una espléndida adaptación del cómic, sino también todo un clásico del cine.
Superman
País: Estados Unidos
Año: 1978
Título original: Superman: the movie
Intérpretes: Marlon Brando, Gene Hackman, Christopher Reeve, Margot Kidder, Ned Beatty, Jackie Cooper, Valerie Perrine, Glenn Ford, Phyllis Thaxter, Maria Schell, Trevor Howard, Terence Stamp, Sarah Douglas, Susannah York
Guión: Mario Puzo, David Newman, Leslie Newman y Robert Benton
Consultor creativo: Tom Mankiewicz
Fotografía: Geoffrey Unsworth
Música: John Williams
Productores: Alexander y Ilya Salkind
Director: Richard Donner


4 comentarios:

David dijo...

A mí me falla el final. Me fallaba incluso cuando la vi de niño. Chirría eso de que muera y haga retroceder el tiempo. Ya entonces me decía: "Pero si ella vuelve a la vida, los misiles también volverían".
Pero tiene cosas fantásticas. A mí, la parte de Smallville me encanta. Y cuando él se marcha y la madre le dice: "Remember us, son. Always remember us". Y la cámara da vueltas sobre los personajes con Williams sonando.
Y el funeral es puro Ford. Esa parte me sigue maravillando... con Glenn Ford diciéndole al hijo que no estaba aquí para ganar partidos o algo parecido. La peli está muy-muy bien. Como tu post (pero aquí no falla el final ;-))
Un saludito.

Jaime Sirvent dijo...

Estoy de acuerdo contigo en lo de los misiles, además también me pasó algo similar en Superman II, montaje de Richard Donner, aunque no quiero entrar en detalles por no destripar ningún dato a la gente que lea esto y no haya visto la versión de Richard Donner, bastante diferente de la que se estrenó en los cines dirigida por Richard Lester. Un saludo.

Osukaru dijo...

Un post muy interesante, Jaime. Lo que pasa es que tanto hablar de "verosimilitud" me queda extraño cuando, precisamente, recuerdo el final de la película... Como dice David, a mi también me resultó un "gran chirrido" y poco tenía que ver con el nivel que mantiene el resto de la película.

Eso sí, para mi Christopher Reeve siempre será Superman... Y viceversa.

PD: Hacía tiempo que no entraba por aquí, he visto que hay bastantes post nuevos, voy a echarles un vistazo.

Espero que en breve nos podamos ver y visitar esa expo sobre DC en Alicante.

Un abrazo!.

Jaime Sirvent dijo...

Osukaru, lo de la verosimilitud sí que se aplica en general a toda la película, se nota que quisieron hacer una película seria, y teniendo en cuenta los tiempos que eran, la verdad es que tiene mérito que apostaran por la seriedad a la hora de hacer una adaptación del cómic, pero vaya, el final chirría un poco, aunque fue algo que fueron preparando en el propio guión, justo en el momento en el que Jor-El le dice"prohibido interferir...". Saludos.