Aquellos viejos tiempos del fútbol en España,
cuando un pase genial de Di Stéfano a Puskas
borraba de un plumazo todos tus sinsabores
de niño solitario, bulímico y neurótico
Tiempos en los que hubieses dado tu alma a cambio
de un balón. Horas muertas corriendo por el césped
imitando a tus ídolos, soñando con jugadas
imposibles que siempre terminaban en gol.
Tardes de los domingos marcadas por el fútbol
que sonaba en la radio. Tardes en que las cosas
eran mucho más dulces si tu equipo ganaba
y mucho más amargas si tu equipo perdía.
Qué te queda de aquello. Viejas alineaciones
que repetir delante de los viejos amigos,
y un nudo en la garganta cuando alguien te recuerda
los años que han pasado.
Con este poema de Luis Alberto de Cuenca sacado de su libro Sin miedo ni esperanza celebro el pase de España a octavos, lo pongo ahora por si acaso no me dieran oportunidad en los cruces, que ya se sabe que son muy traicioneros. Saludos.
4 comentarios:
Es una preciosidad. Y me encanta que nos regales algo de este poeta tan maravilloso y tan buena persona. sobre todo tan discreto y humilde. Los domingos a las 11:00 colabora en Onda cero y a pesar de la presentadora, pufff, lo escucho mientras hago mis quehacers caseros.
Tanto me ha gustado este post que me he permitido el atrevimiento de enviar al correo electronico del programa el enlace de este post. más que nada para que vea el poeta que hay gente como tú que se ocupa de recordarnos que existe...un besazo grande tamaño balón de playa...
Muy bueno tu coletilla final...si es que nos hacen sufrir un montón y este año estan regularcetes...pero es que estos "wordiales" como dice Forges están saliendo de un raro...
Yo paso de fútbol pero eslo que se comenta tampoco vivo de espaldas alos acontecimientos...:)
Es un bonito poema. Un saludo, que estoy de vuelta como ya te avisé.
Wodehouse, me alegro de que te haya gustado, por cierto,¿quién es la presentadora del programa?, me has dejado en ascuas. Veremos a ver como se portan los futbolistas españoles el martes, crucemos los dedos, besos.
David, bienvenido de nuevo, ésta es tu casa, saludos.
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