miércoles, 17 de febrero de 2010

En el estanque dorado


La elaboración de una película es, por mucho que los realizadores de la Nouvelle Vague se empeñaran en decir lo contrario, la labor de un equipo que va desde el trabajo del realizador, al del director de fotografía, el guionista, el productor, el compositor de la banda sonora, el director artístico, el ayudante de dirección, los cámaras, y por supuesto los actores. Indudablemente, el realizador es el maestro de ceremonias que coordina la labor de tantos y tantos profesionales sin los cuales sería imposible llevar a cabo el rodaje de una película. Digo esto, fundamentalmente porque los aciertos y los defectos de una película pueden deberse al trabajo de muchas personas, cada una de ellas, al menos esto sería lo deseable, maestra en su propia disciplina; de esta forma, podemos encontrarnos películas en las que la labor de absolutamente todos los elementos principales brilla con una enorme fuerza, en cuyo caso tendríamos una obra maestra; en otros casos podemos encontrar películas con una fotografía maravillosa, y con una realización impecable que pueden esconder y convertir en superfluas algunas carencias bastante evidentes del guión; o bien podemos encontrarnos con una película en la que la labor de un par de dioses de la interpretación como son Henry Fonda y Katharine Hepburn haga que olvidemos y perdonemos la mediocridad o falta de brillantez de casi todo lo demás, ése es el caso de En el estanque dorado.





La película está basada en la obra homónima de Ernest Thompson, quien a su vez es el que lleva a cabo el guión de la adaptación cinematográfica; y nos cuenta la historia de una pareja de ancianos que vuelve un año más a pasar sus vacaciones a un paradisiaco lugar llamado El Estanque Dorado. Se trata de una pareja formada por Norman Thayer(Henry Fonda) y su esposa Ethel(Katharine Hepburn), cuya forma de afrontar el tramo final de sus respectivas vidas es bastante diferente, ya que si bien el personaje encarnado por Hepburn es el optimismo y la vitalidad personificados, no hay más que verla saludar a los somormujos, imitar su canto o realizar las más simples tareas del hogar para darse cuenta de ello; el personaje de Henry Fonda afronta la vejez de forma radicalmente distinta, con un miedo atroz a morir, y una resignación revestida de cinismo que le hace tener una relación incómoda con su hija Chelsea(Jane Fonda).


El gran acierto de Mark Rydell a nivel de puesta en escena es el de no ocultar en ningún momento la procedencia teatral del material que tiene entre manos, filmando la mayor parte de secuencias de la película sin valerse del consabido plano-contraplano, y permitiendo que Henry Fonda y Katharine Hepburn compartan plano en todo momento, y nos den una soberana lección de cómo se debe llevar a cabo el oficio de interpretar. La realización de Rydell es como ya he dicho muy teatral, aunque tiene algún que otro buen momento eminentemente cinematográfico, como por ejemplo el arranque de la película mientras vemos los títulos de crédito iniciales, en los que empieza presentándonos el entorno paradisiaco en el que se van a desenvolver los personajes, permitiendo el lucimiento paisajístico del director de fotografía Billy Thompson, mientras vamos viendo un vehículo que se adentra en dicho entorno, que no es otro que el de nuestros protagonistas dirigiéndose a su preciosa casa de campo. Una vez en su interior, Rydell consigue presentar de forma encomiable al personaje de Henry Fonda en tal solo un plano en el que vemos una serie de recortes de prensa que nos cuentan que Norman Thayer ha sido un hombre activo en el sentido más literal del término, tanto en el físico como en el intelectual,se nos dice que es catedrático, aunque no se especifica exactamente de qué, y se nos muestra una fotografía del momento exacto en el que se jubiló, para que después pasemos a ver una imagen reflejada en el espejo, del personaje en el momento actual en la que se puede apreciar de forma evidente el deterioro físico sufrido en esos años, y también el hastío que vive el propio personaje, aunque esto último no es mérito de Rydell, sino del gran Henry Fonda, quien con un simple gesto es capaz de transmitir al espectador esta sensación de manera portentosa.







La realización de Mark Rydell fracasa cuando trata de airear la obra, en secuencias como la del paseo en lancha del niño que queda a cargo de nuestra pareja protagonista durante ese verano, en la que la música de Dave Grusin no contribuye a mejorar el despropósito de Rydell confiriéndole un carácter de telefilm que afortunadamente dura poco, o en la frágil secuencia de suspense en la Cala del diablo, que no tiene la fuerza debida. Sin embargo, si En el estanque dorado continúa siendo una película de visionado más que recomendable, esto es enteramente mérito de la labor de dos dioses de la interpretación llamados Henry Fonda y Katharine Hepburn, bien secundados a su vez por Jane Fonda en su interpretación de la hija de ambos. Cada gesto, cada mirada de ambos, cada diálogo, absolutamente cada nimio detalle se torna en arte cuando se encuentra en manos de Henry Fonda, de quien John Ford dijo que verlo andar era el cine, y de Katharine Hepburn, consiguiendo hacernos reír o llorar cuando se lo proponen sin ningún tipo de esfuerzo.



Uno de los grandes momentos dramáticos de la película corre a cargo de Henry Fonda: su personaje sale por petición de su esposa a recoger fresas, sin embargo vemos que no encuentra el lugar que le había indicado. Vemos correr a su personaje, mientras Mark Rydell inserta planos cortos, y a su vez mueve la cámara de forma caótica, mostrando cómo el bosque parece engullir a Henry Fonda, o al menos ésa es la percepción que parece tener el personaje, perfectamente transmitida por Rydell al espectador. Ahora bien, si en esta secuencia el mérito es de Rydell con la inestimable ayuda de Fonda, en el momento en el que éste se traga su orgullo y le cuenta a su esposa por qué no ha traído ninguna fresa, Fonda demuestra por qué es uno de los más grandes actores que haya dado nunca el séptimo arte, ya que consigue transmitir impotencia, indefensión, incertidumbre y pánico hacia una muerte inminente, emocionando al espectador allí donde otros actores infinitamente menos dotados simplemente conseguirían transmitir sensiblería.


En el estanque dorado es, en definitiva, y por encima de todo, una película de actores, de dos genios que consiguen elevar una dirección y un guión correctos a unas cotas de brillantez que nunca habrían alcanzado de no haber contado con su presencia, talento y saber hacer. La Academia de Hollywood premió el excelente trabajo de Katharine Hepburn y Henry Fonda con los Oscar a la mejor actriz y mejor actor principal respectivamente, y el de Jane Fonda con el de mejor actriz secundaria, lo cual es sin ningún género de dudas de absoluta justicia. Ahora bien, una de las mayores vergüenzas, y van muchas ya, que debe arrastrar dicha Academia es la de haber esperado a concederle un Oscar a Henry Fonda casi a título póstumo, cuando ésta debería ser perfectamente su cuarta o quinta estatuilla(doctores tiene la Iglesia con el criterio en la sotana) ...al menos no cometieron ese mayúsculo error con Katharine Hepburn, ya hubiera sido errar demasiado.

En el estanque dorado
Título original: On golden pond
Año: 1981
País: Estados Unidos
Intérpretes: Katharine Hepburn, Henry Fonda, Jane Fonda, Doug McKeon, Dabney Coleman, William Lanteau
Guión: Ernest Thompson basado en su propia obra
Fotografía: Billy Williams
Música: Dave Grusin
Productora: Universal Pictures
Productor: Bruce Gilbert
Director: Mark Rydell

10 comentarios:

desconvencida dijo...

Estupendo post, Jaime Sirvent, vaya análisis de la película, de 10. En cuanto a la peli la vi hace ya muchísimos años, y me han dado ganas de volverla a ver, no sé porqué había pensado que con el paso de los años habría perdido un poco, pero con tu comentario está claro que no es así...

Jaime Sirvent dijo...

Desconvencida, muchas gracias. Bueno, a ver, la peli sí ha envejecido algo, o quizás sea que la recordaba mejor, pero claro, la vi de niño y la volví a ver hace unos cuantos años, y hasta ahora no la había vuelto a revisar. Tiene virtudes y defectos, pero Katharine Hepburn y Henry Fonda eclipsan estos últimos por completo.

Al� Reyes dijo...

¿Qué más se puede decir? Tu análisis está completísimo. Gracias

Jaime Sirvent dijo...

De nada, un saludo.

WODEHOUSE dijo...

A mi es que esta peli, me pareció bastante patética el papel que estaban haciendo los dos sin tener por qué , no sé...son unos mitos del cine para mi en fase de decrepitud y creo que lo que hubo fue un producto comercial más que nada. Apoyado en la música y la fotografía y una intervención de jane Fonda que se decia que se llevaba fatal con su padre y aquello supuso una reconciliación , una catarsis en la escena en que se abrazan y se caen al lago o algo así...la vi solo una vez hace mucho, cuando se estrenó. Muy bueno tu analisis. Eres el Alfonso Sanchez de la blogsfera.

Jaime Sirvent dijo...

Wodehouse, me alegro de que te haya gustado la reseña. Ojalá fuera como Alfonso Sánchez,xD. Besos.

David dijo...

Coincido con Desconvencida, Jaime. Estupendo post y menudo análisis. Yo no he visto la película, pero nada más empezar me has enganchado porque comparto plenamente la idea de tu introducción. Con lo único con lo que no estoy del todo de acuerdo es con lo de que esos dos Oscar fueron de absoluta justicia. En cosas que no pueden medirse y son enteramente subjetivas o sujetas a interpretaciones (y no hay juego de palabras), los premios son siempre por definición injustos. Eso no quiere decir que las interpretaciones de ellos no fueran tan buenas como mencionas (te creo, les he visto actuar).
Me ha encantado este post, por muchos motivos. Y me has dado hasta ganas de ver la peli, que un día la estaba viendo y la dejé a medias por no sé qué motivo... Y desde entonces...
Un abrazo.

Jaime Sirvent dijo...

David me alegro de que te haya gustado el post, saludos.

ethan dijo...

Buena película; como bien dices, de actores. Se nota la tensión entre padre e hija (la que había en la realidad)creo que lo aprovecharon para dar mayor credibilidad a la cinta.
Saludos!

Jaime Sirvent dijo...

Saludos Ethan, bienvenido.