lunes, 14 de septiembre de 2009

Iron Man: la llegada del Mandarín de Joe Casey y Eric Canete


En los últimos años se ha puesto de moda en el panorama del comic book estadounidense una tendencia que consiste en realizar historias ambientadas en los primeros tiempos de los diversos héroes, en los años en los que iniciaban su carrera. Ejemplos de esto son el Batman Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli, el Daredevil: el hombre sin miedo de Frank Miller y John Romita Jr, toda la serie de Leyendas de Batman(ambientada en ese primer año de carrera del caballero oscuro), Green Arrow Año Uno de Andy Diggle y Jock..., también en ese sentido, destaca Geoff Johns por su habilidad para readaptar orígenes a nuestros tiempos(Green Lantern origin), y por su habilidad de aunar continuamente lo viejo y lo nuevo, como bien demuestra en la JSA, y darle a todo ello una pátina de actualidad y de clasicismo al mismo tiempo. Joe Casey es un guionista que se ha especializado sobre todo en este tipo de relatos ambientados en los primeros años de carrera de los diversos héroes, y prueba de ello son trabajos como X-Men: hijos del átomo, Los Vengadores Año Uno y Año Dos, Los 4 fantásticos: la primera familia, y esta miniserie que ha sido recopilada por Panini en un tomo económico con el título de Iron Man: la llegada del Mandarín.



Si Batman tiene al Joker, Superman a Lex Luthor, Green Lantern a Sinestro, Daredevil a Kingpin, Thor a Loki, y Spiderman al Doctor Octopus... el archienemigo por excelencia de Iron Man es El Mandarín, y precisamente lo que Joe Casey nos cuenta en esta miniserie es ese primer encuentro entre el Vengador Dorado y su némesis. El enfrentamiento entre Iron Man y el Mandarín supone un encuentro de contrarios todavía mucho más marcado que en los ejemplos anteriores: ciencia contra magia, Occidente contra Oriente, capitalismo contra comunismo, modernidad contra tradición, sociedad moderna contra era feudal, pero todo ello mezclado convenientemente para que ambos personajes sean el perfecto reverso del otro.

Joe Casey y Eric Canete toman como inspiración para volver a contar el primer encuentro entre Iron Man y El Mandarín, el cómic original en el que se encontraron por primera vez ambos personajes, Tales of Suspense nº50(Biblioteca Marvel Iron Man nº2), del que únicamente toman la premisa inicial, ya que en este tebeo añejo, al igual que aquí, el Gobierno estadounidense encarga a Iron Man una misión de reconocimiento a China para averiguar la magnitud de la posible amenaza que representaría El Mandarín. Por supuesto, ni que decir tiene, los resultados de la miniserie de Casey y Canete son muy superiores al trabajo de Stan Lee y Don Heck en el tebeo de la época, ya que, no nos engañemos, las aventuras del Vengador Dorado por aquellos tiempos tenían un tufillo muy de Guerra Fría chusca con personajes planos y un maniqueísmo enarbolado como bandera de una forma de hacer tebeos que debería ser enterrada para siempre.

El guionista de X-Men: hijos del átomo contrapone en todo momento esta idea de la confrontación entre tradición y modernidad que simbolizan ambos personajes, valiéndose para ello de recursos como la propia representación gráfica de los cartuchos que representan los pensamientos en voz en off de los personajes. Así mientras El Mandarín transmite su pensamiento en unos cartuchos clásicos, en los que nos narra en primera persona desde su origen a su percepción del mundo occidental revestida de delirios megalomaníacos, de una forma que puede recordar poderosamente al género epistolar; Iron Man, o lo que es lo mismo, Tony Stark nos habla a través de los e-mails y notas que dirige a sus empleados, e incluso es su armadura la que, con su baremación de los daños recibidos, se erige en la voz de la tecnología que a su vez es el mundo de Stark. De esta forma, Casey todavía evidencia de forma más clara que el antagonismo entre ambos personajes dista mucho de ser eminentemente físico, y va mucho más allá, ya que tanto Tony Stark como El Mandarín tienen maneras totalmente antagónicas de concebir el mundo, como bien demuestra el magistral diálogo que mantienen ambos personajes en el tramo final del relato.

Stark: "¿piensas que puedes obligar al resto del mundo a reconocer tu supuesta autoridad?, seis mil coma seis millones de personas en un bando...tú en el otro."

Mandarín: "El dilema de un rey, como siempre ha sido. Mírame a los ojos, Stark...¿parezco preocupado?"

Stark: "creo que podrás alegar en tu favor locura cuando te arrastren a La Haya. Megalomanía aguda, quizá con un toque de narcisismo."

Mandarín: "¿crees que reconozco siquiera la autoridad judicial que tu gobierno y sus socios se han sacado de la manga?, os engañáis al pensar que vuestra escala de valores de la libre empresa-vuestro estilo de vida de excesos-os conducirá a la iluminación...en vez de ello, tú y los tuyos habéis creado un sistema de clases a nivel mundial. Calificáis a vuestros semejantes¿basándoos en qué...?, ¿etnia?, ¿religión?, ¿riqueza?...yo lo llamo hipocresía. Éste es el amanecer de un nuevo mundo, y tu gente ha quedado obsoleta"

Stark:"Cierto. Hay una razón por la que se le llama "Libre Empresa": mi gente tiende a insistir en el "libre", y no todo el mundo está de acuerdo...pero, de algún modo, son los que siempre acaban quedando...obsoletos."


De todas formas no quisiera transmitir, con este diálogo que acabo de reproducir, la sensación de que Iron Man: la llegada del Mandarín se trata de un tebeo en el que la palabra tiene una supremacía sobre el aspecto visual, ya que eso es algo que no se corresponde en absoluto con la realidad. En ese sentido, sería injusto no mencionar el excelente trabajo que realiza Eric Canete en la parte gráfica, un dibujante procedente del mundo de la animación con un estilo muy cartoon y bastante dinámico, dotado además de una buena capacidad narrativa, que le confiere a Iron Man: la llegada del Mandarín algunas de sus señas de identidad más marcadas, como son un cierto toque retro, algo absolutamente necesario al tratarse de una historia de revisión del pasado, y que Canete deja entrever, no sólo en las páginas interiores sino sobre todo en las portadas, en especial en la del primer episodio, un claro homenaje al Rocketeer de Dave Stevens; y un vertiginoso dinamismo que se puede apreciar sobre todo en las escenas de acción.


Iron Man: la llegada del Mandarín supone una agradable sorpresa, algo que siempre es de agradecer, y más en los tiempos que corren, ya no solo por la calidad de la historia, sino también por la edición española, ya que en este caso Panini sí ha apostado por una edición popular a un precio ajustado.

Iron Man: la llegada del Mandarín
Joe Casey(guión), Eric Canete(dibujo), Dave Stewart(color)
Editorial: Panini
Páginas: 144
Formato: tomo tapa blanda
Precio: 9,25€

6 comentarios:

Bruce dijo...

Buena pinta y buen precio..

Osukaru dijo...

Totalmente de acuerdo, un cómic muy recomendable, buen guión con unos dibujos espectaculares. Para mi ya es un cómic imprescindible de Iron Man!!.

Magnifica reseña!.

Mo Sweat dijo...

Pues sí, interesante, tanto por el dibujo como por los diálogos...

Saludos.

Jaime Sirvent dijo...

Bruce, Mo, el cómic está muy bien, merece la pena la compra, a mí me lo prestó Osukaru y la verdad es que me ha gustado.

Osukaru, muchas gracias por la asistencia. Además, leyendo ese diálogo entre Tony y el Mandarín uno se da cuenta de que ese personaje no podría haber actuado de esa forma en la Civil War.

Jaime Sirvent dijo...

Wodehouse, no he podido localizar el blog de este chico, no lo veo en tu barra de enlaces,besos.

WODEHOUSE dijo...

Mira es este:
http://blogdeadolfo.wordpress.com/