jueves, 18 de junio de 2009

Un chaval de Sant Boi de Llobregat convierte nuestros sueños en realidad



Mis primeros contactos con el mundo del baloncesto fueron en el año 1982 cuando veía aquellos partidos de la selección española en el Mundobasket de Colombia, aquel cuarto puesto que me supo a medalla(nuestra selección de fútbol acababa de hacer el ridículo en nuestro Mundial), y me enganché a las andanzas de los Corbalán, Epi, Sibilio, Solozábal, Fernando Martín, Margall, Iturriaga, Romay, Andrés Jiménez y compañía; justo un año después llegaría la medalla de plata conquistada en el Eurobasket de Nantes después de derrotar a la todopoderosa URSS en semifinales, para caer en la final ante Italia, y la mítica medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles-84 después de vencer a Yugoslavia en semifinales. Ahí descubrí que existía otro baloncesto por encima del nuestro, allí vi por primera vez jugar a Chris Mullin, Sam Perkins, Patrick Ewing..., pero sobre todo y por encima de todos se encontraba un jovenzuelo llamado Michael Jordan. Las jugadas que eran capaces de perpetrar estos genios estaban muy por encima del baloncesto que los nuestros practicaban por entonces, y eso que únicamente eran jugadores universitarios que todavía no habian dado el salto a la NBA. Pero así era por aquel entonces, el baloncesto universitario americano estaba a años luz del baloncesto profesional de cualquier país del mundo.

Después de eso me empecé a sentir atraído por la NBA, por aquellos míticos All Stars que pude ver por primera vez, unos partidos de las estrellas en la máxima expresión del término con una constelación formada por mitos como Magic Johnson, Michael Jordan, Larry Bird, Isiah Thomas,Kareem Abdul Jabbar,Moses Malone, Akeem Olajuwon(entonces sin la "h"), Robert Parish, Dominique Wilkins, Kevin McHale, Charles Barkley, Patrick Ewing, Julius Erving, Rolando Blackman, Tom Chambers, Joe Dumars, John Stockton, Karl Malone... y tantos y tantos otros. En aquel momento descubrí que un hombre podía volar desde una línea muy, muy lejana como cierta galaxia, realizar frenéticos reversos para hundir el balón con violencia en el aro, anotar de tres sin apenas saltar, dar pases picados desde la otra punta de la cancha con un efecto endiablado..., descubrí que los ganchos podían caer del cielo y que un hombre podía bailar claqué y ballet clásico dentro de un cuerpo de 2,10, ... también descubrí que las cartas podían llegar sin utilizar el correo, que los asesinos podían ser silenciosos desde una línea de tres puntos, y que el contraataque podía ser arte en manos de un mago más poderoso que el Doctor Extraño. En definitiva la épica, la emoción, la belleza, las canastas imposibles sobre la bocina... entraron en mi vida para quedarse de la mano de un deporte llamado baloncesto que aunque los libros nos dicen que fue inventado por un profesor de Educación Física llamado James Naismith, yo os digo que este deporte debió ser inventado por Alfred Hitchcock.



1990: nuestra selección continúa su travesía del desierto iniciada unos años atrás cayendo hasta la novena plaza del Mundobasket de Argentina, muy lejos de los tiempos de esplendor de antaño. Sin embargo las diferencias entre el baloncesto internacional y el baloncesto universitario americano desaparecen, se borran, como bien demostró la URSS en los Juegos Olímpicos de Seúl-88 borrando del mapa a una selección norteamericana poblada de futuros jugadores NBA de primer nivel como David Robinson, Danny Manning, Hersey Hawkins, Dan Majerle, etc, etc... y como demostró Yugoslavia en el mencionado Mundial las diferencias existían, pero a favor de las selecciones del Este de Europa. Yugoslavia con un quinteto titular de auténtico vértigo formado por Petrovic, Kukoc, Paspalj, Divac y Radja desmontó con suma facilidad a un equipo americano que tenía en Kenny Anderson, Billy Owens y Alonzo Mourning a sus mejores bazas. Poco a poco nos íbamos acercando, ahora sólo quedaban los profesionales. Estados Unidos debía echar mano de sus magos, sus hombres voladores, sus carteros, y demás seres mitológicos para ganarnos... y bien que nos ganaron con un equipo de ensueño.

2001: un muchacho espigado de Sant Boi de Llobregat se convierte en el segundo jugador español en debutar en la NBA, tras el pionero Fernando Martín, y lo hace a lo grande, como sólo lo pueden hacer los mejores: con el premio de rookie del año bajo el brazo. A partir de ahí su carrera ha sido un regalo para mis ojos y para mi alma, porque gracias a él he descubierto que un hombre de 2,15 puede botar el balón como si midiera 1,70, que los ganchos aunque no caigan del cielo también pueden caer de alguna nube un poco más cercana, que el balón es propiedad de cinco y no de uno solo, y que los magos no sólo nacen en Lansing(Michigan) también nacen en Sant Boi de Llobregat y son capaces de vencer incluso a Superman. Por todo ello, muchas gracias Pau.

8 comentarios:

Mo Sweat dijo...

Enoooormes palabras, Jaime.

Somos de una época parecida y yo también descubrí la NBA con todas esas cosas que dices. ¡¡Cuanto difrutamos con aquellos pasos de claqué!! ¿eh?.

Ya no está Magic, ya no está Hakeem, ni Kareem, ni Moses, ni Julius, ni Larry... por no estar ya no está ni mi añorado Chris Webber, pero está este chaval de Sant Boi que ha venido a ocupar su sitio en nuestros corazones.

Que siga enseñando baloncesto en las canchas por muchos años más...

Saludos.

johnphillips1981 dijo...

Bonito de verdad amigo.

Sin duda de lo mejor que has escrito.

WODEHOUSE dijo...

Y todavía me sigue pareciendo un milagro lo de fernando Martín. Dios le tenga a su vera...lo de Gasol es inasumible por mi cerebro...qué bestia!
Un besazo y enhorabuena de nuevo.

Jaime Sirvent dijo...

Mo, los pasos de claqué creo que son lo que más echo de menos hoy en día en una pista de baloncesto, nadie los hace y creo que ni los hará como The Dream, y bueno también los pases a ciegas del gran Mago. Afortunadamente tenemos a Pau, saludos.

Sr.Phillips, muchas gracias, me alegro de que te haya gustado. La verdad es que la ocasión merecía algo así.

Jaime Sirvent dijo...

Wodehouse, lo de Fernando Martín fue importantísimo en su momento, fue la punta de lanza, pero lo mejor es que ya se ha quedado muy pequeño, y eso se lo debemos a la constelación de jugadores que tenemos hoy en día, y sobre todo a Pau, que ha sido el que ha abierto la puerta a los Calderón, Garbajosa, Navarro, Rudy, Marc, Sergio... y dentro de poco a Ricky y tal vez Claver y Llull. Ha contribuído muchísimo a que la NBA desviara su atención del Este de Europa y la fuera centrando más en nuestra piel de toro. Besos.

Soldier-X dijo...

muy grande el articulo, muy grande, tanto como Pau Gasol, al que quieren llamar Paul, estan locos estos americanos

Jaime Sirvent dijo...

Muchas gracias Soldier. Sí, yo también lo he visto, bueno, es un gag de la tele americana, espero que la cosa no vaya a más. Saludos.

atikus dijo...

Me sumo a todo lo dicho...que grande este chaval!!!

Por cierto tambien un aplauso a las chicas por el bronce, algun día ganaran a las rusas!!!