jueves, 4 de junio de 2009

Déjame entrar


El cine de vampiros se encuentra muy en boga últimamente con sagas como Underworld y otras, en las que predomina el vestuario sobre los personajes, los efectos especiales sobre la historia y la parafernalia y la fachada sobre el propio cine; aunque todo esto no es exclusivo únicamente del género de vampiros, y es perfectamente aplicable al cine en general, sea cual sea su género. Por ese motivo resulta siempre refrescante recibir una agradable sorpresa en forma de buena película que se salga de los terrenos establecidos, y si esa sorpresa viene por parte de un director que no conocíamos como es el caso de Tomas Alfredson, y de una cinematografía más recóndita como puede ser la sueca, pues obviamente la satisfacción es muchísimo mayor.


En el cine como en muchas otras artes, como por ejemplo puedan ser la literatura, la pintura o el cómic, me importa mucho más la forma de contar una historia, el estilo, por así decirlo, que el tema en sí. Creo que es ahí donde radica el elemento diferenciador entre una obra y otra, en ese sentido no es lo mismo enfrentarse a una peliculita televisiva de sobremesa que a El intercambio de Clint Eastwood, visionar Crimen perfecto de Alfred Hitchcock que hacerlo con su remake, en definitiva, enfrentarnos a historias de similar o idéntico argumento, cuyo resultado final no viene determinado por éste, sino por la forma que tiene su autor de plasmar ese discurso sobre la pantalla. Esto último es lo que puede llevar una película al olimpo del arte cinematográfico, a la pulcra corrección o al más putrefacto infierno dependiendo de la huella que ésta deje en el espectador que se enfrente a ella.



Déjame entrar demuestra que no hay temas malos o menores, tan sólo existe la habilidad o la torpeza de un cineasta para manejarlos, y Tomas Alfredson los maneja como nadie, tomando el género vampírico y respetando sus convenciones clásicas(los vampiros no pueden entrar en una habitación cerrada si no se les invita, la vulnerabilidad ante la luz solar...) e insertándolo en el seco drama escandinavo propio de autores como Ingmar Bergman o más recientemente Aki Kaurismaki, en cuyas películas se puede sentir ese ahogamiento y desolación tan característicos de la vida de este tipo de sociedades tan gélidas. Déjame entrar cuenta la historia de un niño llamado Oskar que vive una vida solitaria en el seno de una familia de padres divorciados, y que sufre continuo acoso por parte de sus compañeros de colegio. Su perfil es el de un niño aislado y con potencialidad para desarrollar algún brote psicótico en el futuro(lee las noticias de asesinatos, desea acuchillar a sus acosadores...), y encontrará en el misterioso personaje de Eli a su compañera ideal, aunque ésta esconde numerosos secretos tras de sí(y no me refiero únicamente a su condición vampírica).



Déjame entrar funciona muy bien a nivel de guión, planteando el tema del acoso escolar, de la soledad(la que sienten ambos personajes y también la soledad inherente a una sociedad tan fría, en todos los sentidos, como ésta), el amor(aunque en este caso sin el halo romanticoide al que últimamente nos viene acostumbrando el cine de vampiros), la necesidad de supervivencia(tal vez el motivo real del interés de Eli en Oskar)..., y también funciona espléndidamente bien a nivel de dirección. Tomas Alfredson demuestra ser un cineasta a seguir a partir de ahora, con una realización ejemplar en la que prima la sobriedad sobre el artificio, y la trabajada puesta en escena en detrimento de la pirotecnia más vacua; a su vez destaca el limitadísimo empleo de los efectos especiales en favor del cultivo por parte de su director de una inquietante atmósfera, suficientemente terrorífica por sí misma sin necesidad de otros aderezos, y con la que Tomas Alfredson demuestra una vez más que la imaginación siempre es más poderosa que el mayor de los presupuestos. Alfredson consigue transmitir la soledad con planos excelentes y suficientemente expresivos en sí mismos, estoy pensando en concreto en un plano en el que encuadra el edificio en el que vive Oskar, mostrándonos las dos ventanas de su casa, totalmente alejadas entre sí, mientras vemos a Oskar mirando por una de ellas y escuchamos a la madre viendo la televisión; con dicho plano el director sueco consigue una imagen de gran belleza y al mismo tiempo expresar de manera visual la soledad que atenaza a esos personajes y las numerosas barreras que los separan, simbolizadas en esas dos ventanas tan distanciadas la una de la otra. A su vez Tomas Alfredson realiza un tratamiento totalmente seco de la violencia, mostrándola sin adornos coreográficos, y haciendo que aflore tan sólo en momentos puntuales como manifestación física de la violencia psicológica que planea en el ambiente durante todo el metraje; en ese sentido destaca la secuencia en la que Oskar se rebela contra sus acosadores golpeando a su cabecilla fuertemente en la oreja con un palo.Pero si Alfredson sabe mostrar la violencia cuando es necesario, también sabe sugerirla fuera de campo, mostrando tan solo algunas de sus secuencias para que la imaginación del espectador haga el resto, como bien puede apreciarse en la magistral secuencia de la piscina.

Déjame entrar es una magnífica película en la que sus numerosas virtudes se imponen rotundamente a sus mínimos defectos aislados(en mi opinión la secuencia del ataque de los gatos es un pelín aparatosa y forzada), y que revela el talento de un cineasta excepcional del que espero ver nuevas películas en el futuro.

Déjame entrar
País: Suecia
Año: 2008
Título original: Låt den rätte komma in
Intérpretes: Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg.
Guión: John Ajvide Lindqvist (basado en su propia novela “Déjame entrar”)
Fotografía: Hoyte Van Hoytema
Música: Johan Söderqvist
Director: Tomas Alfredson

10 comentarios:

Osukaru dijo...

Soberbia reseña de la película!! (Qué te dije de dejar en ridículo la mía, hum...) Jajajaja!.

Yo no lo dije en su momento, pero si que es cierto que la escena del ataque de los gatos es como bien dices "aparatosa", pero en este caso prefiero ese uso de la animación por ordenador que no empezar a ver una docena de gatos de peluche volando por una habitación (aunque alguno aparece...).

Un saludo!.

fer1980 dijo...

"la necesidad de supervivencia(tal vez el motivo real del interés de Eli en Oskar)"

Para mi esta es una de las claves de la pelicula, lo has clavado, magnifica reseña, para una magnifica pelicula.

Jaime Sirvent dijo...

Osukaru: nada, hombre, de dejar en ridículo nada:). Ya, la escena de los gatos queda algo aparatosa, pero bueno, no empaña la cantidad de aciertos que tiene esta soberbia película.

fer:Muchas gracias, la verdad es que se trata de una magnífica película, toda una sorpresa.

Osukaru dijo...

"la necesidad de supervivencia(tal vez el motivo real del interés de Eli en Oskar)"

Como dice Fer, es la clave y que parece ser a algunas personas les puede pasar desapercibida por la sutileza del detalle. Una vez descubierto esto se atan cabos y aunque el final es romántico tambíen es bastante triste y desolador.

Jaime Sirvent dijo...

Pues sí, totalmente. Además, no hay que olvidar el destino de su anterior cuidador, el cual no deja de ser un Oskar ya mayor. Saludos.

Osukaru dijo...

Jaimeeeee, que has hecho un spoiler del santo copón benditooooorl!. Quítaloooo!!.

Jaime Sirvent dijo...

¿Donde lo he hecho?

Soldier-X dijo...

no la he visto por falta de tiempo pero promete, ultimamente los suecos estan haciendo peliculas muy curiosas

atikus dijo...

Sin duda una de las mejores peliculas del año. Un gusto exquisito el de este director sueco, con un sentido de la narración perfecta, que como bien dices va mas allá del hecho de ser un género de vampiros, es una historia perfectamente contada y mejor terminada, me encanto, ¿seria la frialdad de suecia lo que le daba ese ambientito tan sobrecogedor??

saludos

Jaime Sirvent dijo...

Soldier, intenta verla cuando tengas algo de tiempo, creo que te gustará.

Atikus, pues sí, probablemente el ambiente sueco haga de esta película una historia aún más desoladora, y el hecho de que el director sea también de allí influye en ese ritmo tan pausado y al mismo tiempo tan tenso. Saludos.