Charlie Parker: el pájaro de las alas rotas.

Aquí tenéis a continuación una nueva colaboración ,sobre jazz ,de Sergio Gadea en vuestra bitácora amiga:

El quinteto formado por Charlie Parker con Howard Mcghee a la trompeta, Jimmy Bunn al piano y Bob Keterson como baterista, tocaba el 29 de julio de 1946 una de las más hermosas versiones instrumentales de Lover Man que yo haya escuchado.

Charlie Parker, nacido en 1920 en Kansas City, logró con su forma de tocar el saxo alto establecer un antes y un después en la historia del jazz.

Siendo todavía un adolescente "Bird" decidió largarse de casa con un saxo que le había regalado tiempo atrás su madre. Empezó a deambular por las calles de su ciudad natal, hasta que encontró trabajo como camarero en clubes donde pudo escuchar privilegiadamente a saxofonistas como Ben Webster o Lester Young; también a pianistas del calibre del viejo, virtuoso y ciego Art Tatum.

A pesar de todo Parker aprendió a tocar solo y tuvo una visión de la interpretación jazzística que nadie había pensado hasta la fecha. Él decía que, en su interior imaginaba otra forma de hacer jazz, pero por aquel entonces, era incapaz de sacarla de su mente.

Después de mucho estudiar, y de conocer musical y amistosamente a jazzmen como Dizzy Gillespie, Kenny Clarke o Thelonius Monk(sin olvidar a Miles Davis) que trabajaban en una línea semejante, "Bird" logró sacar de su cerebro y de sus entrañas la música con la que había soñado y consiguió expulsarla con rabia o con ternura a través de su saxo.

Desde su reciente pasado Parker arrastraba vicios como la heroína, la marihuana y el alcohol, asunto que le pesaría el resto de su vida. Vida, que aparece magistralmente narrada por las imágenes de la película Bird de Clint Eastwood, que no es en absoluto morbosa, y en la que podemos escuchar la música del genio del be bop, rescatada de su acompañamiento orquestal.

Otro gran amante de la música parkeriana fue sin duda Julio Cortázar quien le dedicó "in memoriam" su relato El perseguidor. Un cuento en el que hay huellas claras de la manera de vivir del astro del saxo alto; y que ambientada en el París de mediados del siglo XX, nos muestra como diría Huysmans (en otro lugar que ahora no importa) una tajada cortada al natural del ambiente jazzístico de esta ciudad en aquel tiempo.

Y no sólo eso, sino que nos adentra en la psique psicótica de un saxofonista, que bien podría ser trasunto de la de Parker.

Adquirida la fama y el prestigio que "Bird" merecía pese a sus vicisitudes, apareció en su vida un nuevo productor: Norman Granz, quien intentó acondicionar la compañía orquestal a las geniales improvisaciones del músico, cosa que a Charlie Parker no importó porque esto le acercaba a compositores tan admirados por él como Igor Stravinsky.

A la edad de 35 años "Bird" muere, víctima de sus vicios psicoactivos, dejando tras de sí una leyenda de solos de saxo que aun hoy resulta increíble.

Sergio Gadea.